Alfredo Martínez, miembro del Movimiento San Isidro, pidió asilo en el aeropuerto de Zúrich tras su llegada a Suiza.
Ya fuera de Cuba, el joven contó al portal independiente cubano ’14ymedio’ parte del hostigamiento vivido durante años bajo la bota del Gobierno.
Reportero y activista, el cubano Alfredo Martínez Ramírez llegó a Zurich el pasado jueves, y de inmediato solicitó Asilo Político.
La colega Luz Escobar de 14ymedio lo entrevistó y supo que, en las próximas horas tiene previsto «ingresar en un centro de refugiados de Suiza (…) Sin embargo, tendrá que esperar hasta finales de esta semana, según le acaban de informar las autoridades suizas.»
Aunque su rostro no es de los más visibles dentro de la oposición en la isla, «ha sido un miembro activo y querido por sus compañeros,» señala Luz en su nota.
Muy querido. La propia Luz Escobar, en conversación chat de Facebook lo define como «un niño de oro»
La colega Yadiris Fuentes expresa:
«Alfredo es un tipo que se compromete, primero que activista es amigo y ese vínculo que establece con la gente cercana ha sido imposible de desarticular para la Seguridad del Estado. Alfredo ha sido el sustento de tanta gente que ni lo sabe, ha roto los cercos impuestos, se crece. Tiene una energía infinita y la pone al servicio de las cosas en las que cree.»
Más adelante destaca que «contiene en sí una vitalidad y un caos que son difíciles de encontrar en alguien.»
«Increíblemente, disfruta cada cosa que yo hago, siempre está pendiente y agradece estar rodeado de mujeres que él considera maravillosa, y todas le idolatran.»
De su salida de Cuba, señala Yadiris:
«El día que se fue lloré intermitentemente porque sabes que es un viaje sin regreso, al menos mientras dure el régimen cubano y esa sensación de vacío es inmensa e imperdonable, no a él sino a quienes le han forzado a irse.»
Declaraciones desde Suiza de Alfredo Martínez.
«Ahora tengo que probar toda la represión en mi contra. En estos momentos estoy en el refugio del aeropuerto y de aquí me van a llevar al refugio de la ciudad. Mañana se cumple el quinto día desde que estoy aquí y el proceso de asilo demora cinco meses», contó el activista al portal 14ymedio.
«Mañana se cumple el quinto día desde que estoy aquí y el proceso de asilo demora cinco meses,» corroboró.
En el Aeropuerto de Kloten, la policía de inmigración dio curso a su solicitud, explica 14ymedio.
«Me tuvieron como tres horas en una sala chequeando todos mis datos, mis antecedentes penales, se llevaron todos mis documentos, ahora mismo estoy sin pasaporte ni carné de identidad. Tengo un papel verde, que es un permiso para estar sin documentos en el aeropuerto», dijo el activista vía telefónica.
El portal señala que Alfredo Martínez entró al Movimiento San Isidro en el año 2019 y al año posterior, el 10 de octubre, fue detenido por primera ocasión y arrastrado «por todo San Isidro a lo largo de cinco cuadras antes de llevarlo a la estación de Marianao.»
«Fue la primera vez que conocí al agente Darío», contó el joven.
Comenzarían las presiones y chantajes a personas allegadas a él, explica 14 y medio. Como resultado de eso, su casero, le dijo que tenía que marcharse de la vivienda en la cual se encontraba alquilado. Después de eso, otra vez, la Seguridad del Estado presionó a su segundo arrendador, y también debió marcharse.
En esa 2da ocasión compartía renta con la curadora de arte Anamely Ramos.
Colaborador del portal Tremenda Nota, fue uno de los que estuvo el 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura, y uno de los 30 escogidos para participar en la reunión con las autoridades, en lo que se presumía sería el comienzo del diálogo con el oficialismo.
Fue detenido también el 27 de enero, cuando en compañía de otros activistas y periodistas se fue hasta el Ministerio de Cultura; de allí fue sacado como al resto de los «protestantes»: a empujones.
A partir del 11 de julio, la Seguridad del Estado se mostró implacable con él, reseña además 14ymedio.
«No han parado de insistir para que me vaya. Nunca me regularon, incluso insistieron en comprar ellos un boleto, pero yo siempre dije que no, que no quería nada de ellos.»
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