Un agricultor estadounidense lidera ensayos con variedades de papa adaptadas al clima tropical cubano, pero… ¿Llegará todo esto a algún lado?
Cuba atraviesa una de las peores crisis alimentarias de su historia reciente; y mientras Cuba continúa enfrentando serias dificultades para alimentar a su población, una colaboración inusual ha comenzado a gestarse entre agricultores de Carolina del Norte y productores cubanos. La iniciativa busca aumentar la producción de papa en la isla, aprovechando variedades probadas en el clima cálido y húmedo del sur de Estados Unidos.
Según datos del Departamento de Agricultura de EE.UU., en 2023, el 37,8% de los cubanos sufrió inseguridad alimentaria, con una brecha calórica diaria de 225 kilocalorías por persona, muy por debajo del umbral mínimo de 2.100 kilocalorías. Una situación que es el resultado de décadas de políticas agrícolas centralizadas y falta de incentivos para los productores y ha llevado directamente a la escasez de alimentos básicos como pan, arroz y aceite ha llevado a la población a enfrentar largas filas y raciones reducidas
Gobernando un país donde aproximadamente el 20% de las tierras arables de Cuba están cubiertas por marabú, una planta invasora que limita la producción agrícola, al Partido Comunista de Cuba no le ha quedado más remedio que reconocer el fracaso de su proyecto de soberanía alimentaria, atribuyéndolo no a deficiencias estructurales del modelo socialista, sino al «bloqueo» de los EE.UU.
Más allá de los factores externos – y los climáticos, obvio – la falta de mano de obra agrava la situación; la migración del campo a la ciudad y el éxodo del país han dejado al sector agrícola sin trabajadores suficientes, obligando incluso a empresas a contratar reclusos para cumplir con sus planes de producción.
En un intento por revertir esta situación, el gobierno cubano ha aprobado recientemente una ley que permite otorgar tierras en usufructo a empresas y personas extranjeras con residencia permanente en la isla, buscando atraer inversión extranjera para impulsar la producción agrícola. Como parte de estas iniciativas, Cuba ha establecido un proyecto con Vietnam para la producción de arroz.
Así lo reseñaba recientemente AP News que reconocía como una empresa vietnamita recibió 308 hectáreas en la provincia de Pinar del Río, con el objetivo de implementar técnicas que podrían aumentar significativamente el rendimiento del cultivo.
En este contexto, agricultores de Carolina del Norte han iniciado una colaboración con productores cubanos para revitalizar la producción de papa en la isla. El proyecto, que ya entra en su segundo año de ensayos, busca adaptar variedades de papa al clima tropical de Cuba, similar al de Carolina del Norte en verano. El objetivo es encontrar variedades que funcionen bien en las condiciones locales, con la esperanza de aumentar la producción y mejorar la seguridad alimentaria.
El proyecto, liderado por un productor agrícola de Carolina del Norte, ya entra en su segundo año de ensayos.
«Nos contactaron hace unos años para hacer pruebas en Cuba con diferentes variedades de papa», explicó el agricultor en una entrevista divulgada por RFD TV.
“Aunque técnicamente no son semillas, se les conoce como papas-semilla, y el objetivo es encontrar variedades que funcionen bien en las condiciones tropicales de Cuba”, agregó.
Según el productor, el clima de Cuba en verano es muy similar al de Carolina del Norte, con temperaturas que oscilan entre los 85 y 90 grados Fahrenheit y frecuentes lluvias y tormentas.
“Si una variedad funciona aquí, debería funcionar allá”, aseguró.
Contrario a la percepción general de que en Cuba solo se cultiva caña de azúcar, el país cuenta con una larga tradición en la producción de papa. Sin embargo, en los últimos años, la crisis económica ha reducido considerablemente los volúmenes de cultivo, generando una creciente dependencia de las importaciones.
Durante la primera fase del proyecto, el agricultor viajó junto a representantes del Departamento de Agricultura de Carolina del Norte y especialistas en papa para reunirse con productores cubanos y funcionarios del gobierno. La visita incluyó recorridos por plantaciones y la observación directa del proceso de cosecha.
“La idea es que la calidad sea tan buena allá como lo es aquí. Queremos mantener el mismo estándar de alimentos sanos, seguros y de los que podamos sentirnos orgullosos”, añadió el agricultor.
Aunque reconoce que los resultados no serán inmediatos, se muestra optimista.
“Es un proceso largo, pero la oportunidad está ahí, y los beneficios pueden ser enormes, no solo para mí, sino para toda la región del este de Carolina del Norte”, culminó diciendo.
Sin embargo, las tensiones actuales entre EE.UU. y Cuba podrían obstaculizar el éxito de este proyecto, pues las sanciones económicas y las restricciones comerciales siguen siendo un desafío significativo para el «normal» desarrollo entre ambos países.
A pesar de estos obstáculos, la colaboración entre agricultores de Carolina del Norte y productores cubanos representa una oportunidad para compartir conocimientos y técnicas agrícolas que podrían beneficiar a ambos países. Si se superan las barreras políticas y se garantiza el apoyo necesario, este proyecto podría ser un paso importante hacia la revitalización de la agricultura cubana y la mejora de la seguridad alimentaria en la isla.
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