Matanzas no sale del estupor tras conocerse la brutal agresión contra Yuniel, más conocido como “El Baterista”, uno de esos personajes que se hacen parte de la identidad de una ciudad. Este joven con discapacidad mental fue atacado con cuatro puñaladas en la Terminal Provincial de Matanzas, para robarle el dinero que había conseguido durante el día. El crimen ocurrió apenas a dos cuadras de la estación de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), según detalló el activista Adrian Socorro Suárez en redes sociales.
Según reportó la página La Tijera, Yuniel el Baterista “es un joven con problemas psiquiátricos que se gana la vida con un instrumento rústico al que le saca música”. Agrega el medio que “no pide limosnas”, sino que trabaja todos los días desde temprano hasta la noche tocando su peculiar batería, confeccionada con objetos reciclados. El sonido que produce, aunque para algunos pueda parecer ruido, se ha convertido en una especie de banda sonora cotidiana para quienes viven en Matanzas.
El hecho conmocionó a cientos de internautas, que han llenado las redes con mensajes de apoyo y repudio. “Es una persona discapacitada mentalmente, no es agresivo y no le hace daño a nadie, es muy bueno y tranquilo”, recuerda La Tijera, que además apunta que su retraso fue provocado por una fiebre altísima en la infancia que le causó daños irreversibles en el cerebro.
Después del ataque, el joven caminó por la calzada de Tirry dejando un reguero de sangre. Fue hallado inconsciente, casi desangrado, pero logró llegar con vida al hospital. Ahora se recupera, según confirmó también Adrian Socorro, quien reconoció haberse equivocado al darlo inicialmente por muerto.
Yuniel el Baterista vive en el barrio de Playa, en la calle Pilar entre Candelaria y Covadonga, junto a su familia. Quienes lo conocen aseguran que es conversador, amable y que nunca se mete con nadie. “Estos personajes son intocables para la mayoría de los matanceros”, escribió La Tijera, recordando la estima que se le tiene por su constancia, su música y la paz que irradia.
Que alguien haya sido capaz de apuñalarlo por unos pocos pesos es visto como una señal clara de hasta dónde ha descendido la sociedad cubana en términos de empatía y valores. “¿Por qué le hicieron eso? ¿En qué se ha convertido Cuba, Dios mío?”, se pregunta el mismo post de La Tijera, reflejando el sentir colectivo.
A pesar de la cercanía con una unidad policial, aún no se reportan detenidos. Y mientras la justicia no llega, la ciudad sigue preguntándose cómo pudo pasar algo así… y qué más falta por ver.
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