Este 5 de agosto se cumplen dos años del incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, que provocó la muerte de 17 cubanos.
Sin embargo, hoy persisten muchas más preguntas que respuestas en torno al más grande desastre tecnológico que ha tenido lugar en la isla.
Hace apenas una semana 14ymedio reveló que dos inspecciones antes del incendio, que dejó también un saldo de 142 heridos, detectaron múltiples fallos de seguridad.
Una fuente del Ministerio de Energía y Minas aseguró al citado diario que el inventario de errores técnicos que sufrían los Supertanqueros era alarmante.
La fuente anónima se refirió en concreto a un informe que recopiló datos sobre el siniestro y que fue redactado por un grupo presidido por el entonces director general de Petróleo y Gas, Juan Torres Naranjo, quien poco después fue promovido al cargo de viceministro.
El documento fue también elaborado por el director de inversiones del ministerio y varios especialistas de la Unión Cuba-Petróleo, que consultaron a técnicos de la venezolana Pdvsa y la mexicana Pemex, que ayudaron a extinguir el incendio.
El tanque 52, que fue el punto central del impacto del rayo que, según la versión oficial, provocó el incendio, no estaba diseñado para contener crudo, y las reservas de agua para apagar un fuego industrial estaban en apenas 8,7% de lo necesario, subrayó 14ymedio.
Dicho depósito “fue sometido a una reparación capital en ocasión de la cual se le sustituyó el techo original –un techo flotante externo– por un domo geodésico”, que comenzó a operar en 2014 y desde 2020 almacenó crudo, altamente inflamable, sin estar preparado, lo que fue una violación de una norma elemental de seguridad, denunció el experto.
“En los Supertanqueros se recibían y almacenaban los combustibles consumidos en gran parte del territorio nacional y desde la base se realizaban también operaciones de exportación”, agregó acerca del hecho sobre el que la prensa oficial ha publicado poco.
De acuerdo con lo que apuntó citando el texto, la pérdida del archivo de la base habría sido una tragedia “conveniente” para el gobierno cubano, ya que muchas de sus “evidencias originales ya no existen”.
A tenor con el informe, inspecciones del sistema contra incendios realizadas en 2021 y 2022 a los Supertanqueros detectaron múltiples fallos -31 solo en el panel de control automático del Sistema Contra Incendio- que fueron calificados como “reiterativos”.
14ymedio detalló que el 7 de marzo de 2022 se inspeccionó el sistema de aterramiento del tanque, pero sin medir la resistencia a tierra y continuidad por “falta de los instrumentos necesarios”, lo que hubiera garantizado el correcto estado de los cables que conectan el pararrayos con el terreno.
Otro factor de peligrosidad eran los bajos niveles de agua en la provincia en el momento del incendio, además de los múltiples salideros de las tuberías matanceras.
Además, las cisternas tenían solo 573 metros cúbicos, cuando los especialistas detallan que sofocar un fuego como el de hace dos años exigía 6.577 metros cúbicos, y las tres bombas de la estación estaban fuera de servicio.
Precisamente el bajo nivel de agua en las cisternas y la poca cantidad de espuma generada por la pipa del sistema contra incendios obstaculizaron el apagado del fuego, según el reporte citado.
A las siete de la noche del 12 de agosto se interrumpió la operación de enfriamiento de los tanques 52 y 51 porque ya no quedaba agua.
Además, los técnicos carecían de conocimientos sobre el rebosamiento por ebullición, o sea, la llamarada que lanza el crudo ardiente tras bullir bruscamente el agua, y se expusieron a un peligro desconocido.
La fuente de 14ymedio recalcó igualmente el nivel de impunidad “nunca visto” en cargos de responsabilidad en torno al desastroso incendio, que pudo ocurrir desde 2014, y que solo supuso una reorganización de los involucrados para callarlos.
Hace un año, Duanys Moreno, quien reportó con su teléfono el incendio y que terminó saliendo de Cuba, confirmó que “las medidas de seguridad fueron completamente violadas” por los directivos.
“El Partido Comunista ha prohibido hablar del tema a los trabajadores de Cupet”, apuntó el joven sobre el incendio por el cual el único sancionado fue “un señor de más de 50 años, de apellido Vega”, técnico de Seguridad y Salud del Trabajo de la base.
Moreno también expuso una lista de los directivos que, para él son los responsables del siniestro. Una cosa sí está clara, añadió, en agosto de 2022 “no murió ningún jefe”.
