Beatriz Johnson, Gobernadora de Santiago de Cuba quiere exprimir hasta lo último la paciencia de los santiagueros que se preguntan: ¿Cómo, en 63 años de Revolución, no pudimos construir una, dos o tres termoeléctricas, y sí pudimos contruir miles de hoteles, incluso el año pasado, cuando se sabía que, turistas, no vendría ninguno?
La paciencia que pide Beatriz Johnson era verde y se la comió un chivo. Así de sencillo. Luego de años sufriendo los apagones, los cubanos parecen decir «Basta» y por más paciencia que ella les pida, y que salga el periodista Bernardo Espinosa en la televisión a explicar que existe «todo un plan para revertir la situación», la paciencia y la calma se ha agotado en muchos.
Algunos conocen que el presupuesto asignado por el estado cubano a la Seguridad Social es bajo; otros saben que, por ejemplo, el Gobierno cubano invirtió menos del uno por ciento en Salud en el primer semestre de 2021. Es decir: en el peor momento del brote pandémico de COVID-19 en la isla.
Cuba es uno de los países con mayor inflación en el mundo, y por más que duela pensar en ello, la inflación tal vez como término no la entiendan o la sepan explicar muchos cubanos, pero la realidad de estos es como un globlo que se infla y estalla, por más que Beatriz Johnson les pida que se calmen.
No hay que ir muy lejos. Ya que mencionamos al Dr. en Ciencias Económicas Pedro Monreal retomemos el hilo reciente de las inversiones en Cuba.
La inversión en ‘Servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler’ fue 56,8 veces mayor que la inversión en Salud”, asegura el economista Pedro Monreal. Es decir: que «la construcción de hoteles» – traducción sencilla – superó por millones de pesos a la inversión en salud (hospitales, policlínicos y ambulancias)
Los datos expuestos en septiembre del 2021, y que seguramente Beatriz Johnson debió haber leído en algún momento de sus días el año pasado, fueron tomados del Anuario Estadístico de la ONEI. No inventados.
Un vistazo a la imagen encima podría hacernos entender por qué miles de santiagueros ayer – y de otras provincias también, luego – salieron a las calles a protestar, mientras Beatriz Johnson, Presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular en Santiago de Cuba trataba de contenerlos y les pedía paciencia.
En su mayoría, gente relativamente joven, muchos nacidos después del 90´que, a excepción de los pocos años en que Cuba pudo exprimir la teta venezolana a su antojo, solo han conocido carencias, miserias y apagones.
Pero, también los viejos que ahora no tienen ambulancias; aquellos que se están pensando seriamente gritar «Abajo Díaz-Canel» para que llegue un auto de la policía, de los miles que tiene circulando el Ministerio del Interior por las calles, y lo lleve al hospital, están cansados y se les ha agotado la paciencia, a tenor del pedido, casi reclamo con miedo contenido, de la Presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular en Santiago de Cuba.
Una pregunta flota en la mente de millones de Cubanos. ¿Cómo, en 63 años de Revolución, no pudimos construir una, dos o tres termoeléctricas, y sí pudimos contruir miles de hoteles, incluso el año pasado, cuando se sabía que, turistas, no vendría ninguno?
Paciencia pide Johnson, pero esta es como la esperanza. De color verde.
