Miami amaneció con dos postales opuestas del mercado de lujo: la salida de Marc Anthony de One Thousand Museum con pérdidas sobre la mesa y el “house tour” de Nicky Jam en Edgewater como gancho para una venta reluciente.
El movimiento del salsero es el que más ruido hizo porque… ¡le zumba perder $2,4 millones de dólares!
Anthony compró su condo en la torre diseñada por Zaha Hadid por 11 millones de dólares en 2021 y esta semana aceptó por ella 8,6 millones, por debajo incluso del último precio de lista de 9,9 millones. En un ciclo que había acostumbrado a titulares de récords, el ajuste pone cifras concretas al enfriamiento del segmento de condominios frente a la resiliencia de las casas unifamiliares premium. El edificio, célebre por su exoesqueleto y amenities de museo —desde helipuerto hasta piscinas—, no perdió brillo; perdió velocidad de absorción y margen para sostener expectativas infladas.
En contraste, Nicky Jam, quien también se compró en el 2021 una unidad en el One Thousand, está haciendo exactamente lo que marca el manual en un mercado más selectivo: mostrar y contar.
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Su unidad de tres habitaciones y tres baños y medio en Elysee, Edgewater, salió a escena con recorrido fotográfico, vistas abiertas a la bahía y un pie de página sencillo y eficaz: está en venta, señala el Miami New Times, que además nos muestra una colección inmensa y hermosa de fotos del apartamento por si Ud., amigo, se anima a comprarla.
El número que circula es 4 millones (listados previos lo ubicaron en torno a 4,35 millones) para un metraje que supera los 3.000 pies cuadrados y un edificio con credenciales de alta gama firmadas por Arquitectonica y el interiorista Jean-Louis Deniot. Es la estrategia de “enseñar estilo de vida” para anclar valor: terraza amplia, lounge de bahía, dos piscinas, gimnasio y un sky lounge que vende pertenencia tanto como metros.
Juntas, las dos historias dibujan una realidad menos estridente y más quirúrgica. Hay compradores, pero también memoria de precio y cautela con los condos de ticket alto.
Cuando una estrella de la música está dispuesta a realizar una pérdida de 2,4 millones para salir, el mensaje hacia arriba y abajo de Biscayne es nítido: la liquidez existe, pero no a cualquier cifra.
Al otro lado, un reguetonero apela al poder de la marca personal y de la estética editorial para defender valor en un submercado —Edgewater— que sigue compitiendo por atraer a quienes quieren vistas de postal con servicios de resort y conexión rápida a Wynwood, Downtown y Miami Beach.
La foto de este tramo no es un desplome: es una relectura de expectativas en la que las propiedades mejor narradas, mejor ubicadas y mejor afinadas al uso real conservan demanda, mientras los emblemas de la euforia 2021 aceptan que el pico de la demanda por comprar – vivir – en Miami, quedó atrás.
