La familia de Arian Alfonso González, un cubano de 39 años y natural de Sancti Spíritus, pidió auxilio en redes para localizarlo tras casi un mes sin noticias desde que este llegó a Rusia.
Según las alertas divulgada por el perfil comunitario @nioreportandouncrimen, Arian viajó a Rusia hace seis meses con la promesa de un empleo en construcción en Moscú, inicialmente por tres meses; “como le iba bien, se quedó”, relatan. Tenía pasaje de regreso para el 15 de noviembre, pero el 4 de septiembre salió “a trabajar” y no volvió a la renta ni se comunicó con familiares o amigos.
En ambas publicaciones se solicita a cualquier persona que lo haya visto que contacte a la familia.
El caso emerge en medio de denuncias reiteradas sobre redes que captan cubanos con ofertas de obra civil o seguridad en Rusia y que, una vez allí, desvían a los reclutas hacia tareas militares o de apoyo en zonas de guerra. En septiembre de 2023, el gobierno de Cuba informó que desmanteló un “tráfico de personas” que reclutaba cubanos —dentro de la isla y en Rusia— para combatir en Ucrania, y reportó detenciones vinculadas a esa trama, según recogieron agencias como Reuters.
Medios internacionales han documentado patrones de captación: promesas de salarios altos y contratos para construcción o logística, gestión de pasajes y alojamiento; una vez en destino, los cubanos reciben presión para firmar acuerdos con el Ejército ruso, con incentivos como bonos y vía rápida a la ciudadanía. En enero de 2024, el Kremlin acortó a un mes el trámite de naturalización para extranjeros que se alisten, profundizando un proceso de ciudadanía acelerada ligado al servicio militar, según señalaba AP News, pero los casos de cubanos engañados con estas promesas se cuentan por decenas, según recogió en su momento un artículo de el medio El Toque.
Testimonios recientes recogidos por la prensa —incluido un reportaje de TIME y otro de El País— describen a jóvenes cubanos que aceptaron ofertas “para construcción” y terminaron cerca del frente, o denunciaron engaño y coerción para tareas militares. Las piezas subrayan el deterioro económico en la isla como caldo de cultivo y el uso de WhatsApp/Facebook como canales de reclutamiento.
No está claro si el caso de Arian Alfonso González encaja en esos esquemas; por ahora, su situación es la de un desaparecido para su familia. Lo que sí es verificable es el contexto: desde 2023, La Habana sostiene que persigue a los intermediarios de estas redes, mientras Rusia legaliza atajos migratorios para quienes firman con sus fuerzas armadas. La combinación —captación + incentivos estatales— explica la preocupación de los parientes cuando se corta el teléfono.
