Este miércoles 7 de mayo, a las 4:30 de la tarde (hora de Roma), los 133 cardenales con derecho a voto marcharán en procesión para entrar en la Capilla Sixtina y dar inicio a la primera sesión del cónclave, con el objetivo de elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido el 21 de abril a los 88 años.
La jornada comenzó para los purpurados con la tradicional misa Pro Eligendo Pontifice, presidida por el cardenal decano, Giovanni Battista Re, en la que los participantes pidieron la ayuda del Espíritu Santo para discernir al próximo pontífice.
Este cónclave ya está pasando a la historia por ser uno de los más concurridos y multiculturales, con cardenales procedentes de 71 países. Entre ellos se encuentra el cardenal cubano Juan de la Caridad García Rodríguez, actual arzobispo de San Cristóbal de La Habana, nombrado por el papa Francisco.
Además, se prevé que el cónclave podría prolongarse, ya que los electores están divididos en dos bloques claramente definidos: quienes desean continuar con el camino iniciado por Jorge Mario Bergoglio (nombre secular del papa Francisco) y quienes abogan por un cambio de rumbo en la Iglesia. Aun así, aún no hay un candidato claro en ninguno de los bandos, por lo que es posible que la fumata blanca no se vea hasta dentro de algunos días.
La legislación de la Santa Sede establece que se realizarán cuatro escrutinios diarios (dos por la mañana y dos por la tarde). Si después de tres días no se ha alcanzado un consenso —el próximo papa debe obtener al menos 89 votos—, se concederá a los cardenales un día de pausa para reflexionar.
La primera fumata de este cónclave podrá verse hoy desde la Plaza de San Pedro (donde desde temprano se congregan miles de feligreses), entre las 6 y las 7 de la tarde (hora de Roma), y las previsiones apuntan a que será negra.
Entre los nombres que más suenan como posibles sucesores —el que será el pontífice número 267— figuran el actual número dos del Vaticano, el italiano Pietro Parolin; sus compatriotas Matteo Zuppi y Pierbattista Pizzaballa; el filipino Luis Antonio Tagle; el estadounidense Robert Francis Prevost; y el arzobispo de Budapest, el conservador Peter Erdö.
