Yudel «El Chino», un cubano residente en Texas, ha convertido su Lada verde en una joya automotriz que despierta admiración y debate en las redes sociales. Aunque tiene varios autos en su garaje, nada lo hace más feliz que conducir su “ladrillo”, como se conoce popularmente a estos vehículos en Cuba.
El Lada de Yudel no solo se encuentra en perfecto estado, con un motor impecable y piezas originales, sino que también lleva un potente mensaje de “Patria y Vida” en el capó, que resuena profundamente entre la comunidad cubana en Estados Unidos. Sin embargo, la verdadera sorpresa está en el maletero: un sistema de sonido de última generación que convierte al auto en una discoteca rodante.
“Ni un ruso se atrevería a tanto”, comentó un usuario al ver los altavoces instalados, que han hecho que el Lada sea el centro de todas las miradas en Texas. Mientras muchos ven en este vehículo un símbolo nostálgico de su pasado en la isla, otros lo consideran una muestra de la creatividad y el ingenio de los cubanos en el extranjero.
@yudel_chino aveces lo tememos serkita embidioso tu sabeeeeee
♬ sonido original – melvin🇳🇮
Yudel no busca un auto de lujo ni la última tecnología; para él, su Lada representa mucho más que un simple medio de transporte. Es un testimonio de pasión automotriz y una conexión viva con sus raíces, que ahora recorre las calles de Texas con orgullo y estilo único.
Yudel no es el único cubano en Estados Unidos que mantiene viva la pasión por los vehículos de la era soviética. En Miami, especialmente en áreas como Hialeah, es posible encontrar otros entusiastas que conservan y exhiben sus Lada con orgullo. Incluso, en plataformas como Facebook Marketplace, se han visto anuncios de venta de estos autos clásicos, con precios que reflejan su valor sentimental y la dedicación puesta en su mantenimiento
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La comunidad cubana en Estados Unidos también aprecia otras reliquias automotrices de la época «soviético-socialista-europa-del-este».
Por ejemplo, en Miami, un cienfueguero conocido como «Carlitos» se pasea orgullosamente por las calles en su motocicleta ETZ, una clásica moto de fabricación alemana oriental. Recientemente, Carlitos visitó a una amiga recién llegada de Cuba, Anielyn, y hasta le ofreció un recorrido por el barrio, compartiendo con ella la nostalgia, de alguna que otra vez le dio botella en Cienfuegos, y el orgullo de mantener viva una parte de su historia y cultura en tierras estadounidenses.
Estos vehículos no solo representan un medio de transporte, sino también un vínculo tangible con el pasado y la identidad cubana. Para muchos, conducir un Lada o una ETZ en Estados Unidos es una forma de preservar y compartir su herencia cultural, generando siempre admiración y curiosidad – y hasta rechazo, porqué no – entre quienes los ven recorrer las calles de ciudades como Miami y Houston.
