La Habana amaneció bajo intensas lluvias. Las inclemencias del tiempo habían sido anunciadas debido a la formación de la tormenta tropical Helene, pero de igual forma tomó a varias personas desprevenidas. En el vedado habanero se podía observar a personas protegiéndose del agua en los portales y a carros detenidos por las inundaciones.
La lluvia no ha cesado, aunque por momentos aminora. Las autoridades meteorológicas pronostican que se sigan deteriorando las condiciones del tiempo. Lo han retirado durante varias comparecencias en la televisión cubana.
Ante esta esta situación el máximo temor de un gran por ciento de cubanos son los derrumbes que ocurren con frecuencia tras el cese de las lluvias y la salida del sol. Recordemos que el parque habitacional cubano sufre un gran deterioro debido a los pocos recursos que el estado destina a la reparación y construcción de viviendas, mientras continúa construyendo hoteles de lujo en varios puntos clave del país para un turismo que no existe, lo que ha sido criticado duramente por la población.
Durante esos días de lluvias intensas la población vive en una zozobra. Especialmente las personas que viven en municipios como Centro Habana o Habana Vieja, donde las viviendas sufren un mayor deterioro. Algunas personas incluso han decidido quedarse en sus casas en peligro de derrumbe antes de aceptar la recomendaciones de las autoridades que les ofrecen albergues presuntamente provisionales. Lo cierto es que muchos cubanos han estado en este tipo de instalaciones durante décadas sin que el gobierno les entrega la casa prometida.
Sigue lloviendo en La Habana. Pero la vida no se detiene. Los cubanos tienen que seguir enfrascados en su sobrevivencia cotidiana para tratar de conseguir algún dinero que cubra el alimento que se lleva a la mesa sobre todo en el sector privado donde en ocasiones no existen las leyes laborales adecuadas para proteger al trabajador.
