Una joven de 15 años, Noemí Victoria Blanco Acosta, reportada como desaparecida en Cárdenas, Matanzas, fue finalmente hallada después de más de cinco días de intensa búsqueda.
La adolescente, que había sido vista por última vez el 12 de septiembre en Santa Marta, cerca de Varadero, fue encontrada sana y salva, según confirmaron su padre, Ángel Salvador Escandell Zamora, y la activista Lara Crofs, quienes agradecieron la colaboración de la comunidad en redes sociales.
Aunque los detalles sobre su desaparición y posterior localización no han sido revelados, la familia se mostró profundamente agradecida por el apoyo recibido de personas tanto en Matanzas como en otras provincias del país.
En una emotiva publicación, el padre de Noemí expresó su gratitud a todos los que contribuyeron en la búsqueda de la muchacha desaparecida: «Mi hija ya está con nosotros, gracias al esfuerzo conjunto de todos los que dedicaron un minuto de su valioso tiempo».
Este caso resaltó nuevamente la importancia de las redes sociales y la movilización comunitaria en la búsqueda de personas desaparecidas en Cuba, donde lamentablemente este tipo de incidentes se ha vuelto más común en los últimos meses.
Sin embargo, mientras la familia de Noemí celebra su retorno, surge un nuevo caso en La Habana.
El activista Yoandys Garlobo ha solicitado ayuda para encontrar a su ex suegra, identificada como Elisa, quien se encuentra desaparecida de su hogar desde el pasado 18 de septiembre.
Según el post de Garlobo, la mujer vestía una blusa de rayas de colores, licra roja, gorra negra y llevaba una mochilita pequeña. Garlovo, que también ha utilizado las redes sociales para pedir colaboración, ha ofrecido su número de contacto para cualquier información que pueda ayudar a encontrarla.
Ambos casos destacan la necesidad de mayor atención a este tipo de desapariciones en Cuba, donde la inseguridad, la falta de recursos y de voluntad del régimen para abordar estos problemas han generado una creciente preocupación.
A nivel nacional, en Cuba no existe, como en otros países, alertas tempranas masivas que usen los medios masivos de comunicación para dar a conocer estos hechos. El activismo feminista independiente ha estado presionando para ello; un recurso que ha demostrado reiteradamente su eficiencia, más allá de las fronteras cubanas, para prevenir y solucionar a tiempo casos de desapariciones y también de secuestros.
El régimen, lo único que ha hecho ha sido criminalizar ese activismo independiente e incluso «asustar» a sus ciudadanos, con la publicación de post en redes sociales en los que se haga alusión a la ineficiencia de sus entidades y organismos, tales como PNR y MININT, en estos casos.
Las familias afectadas, con la esperanza de reencontrarse con sus seres queridos, continúan contando con la solidaridad de la comunidad y la difusión en redes sociales para obtener pistas que puedan ser clave en sus búsquedas.
