Un hecho raro, aunque no imposible, asombró a los campesinos de la finca espirituana Francisco Sánchez: en la mañana del miércoles, la vaca Bombón dio a luz dos terneros, un caso insólito de gemelos, o dos por el precio de uno.
El periódico oficialista Escambray reseñó esta curiosidad: Bombón, un ejemplar de la raza cebú sardo, parió sus dos crías ante la incrédula mirada de Guillermo Faustino Hernández Piñero, dueño de la finca.
El hecho ocurrió en el consejo popular Las Tozas, de la localidad de Macaguabo, a pocos kilómetros de la cabecera provincial, en una finca dedicada a los cultivos varios, y a la cría de caballos, cerdos y carneros, aparte del ganado vacuno.
Según relata el productor, hubo un intervalo de casi hora y media entre los dos partos, una hembra primero y un macho después.
«El semental utilizado fue un toro de la raza Holstein que realizó una monta directa, al parecer muy efectiva, pues como resultado la vaca Bombón, en su segundo parto, tuvo a los gemelos», dijo el campesino.
Los nacimientos de gemelos en vacas son poco frecuentes, pues generalmente sale uno por embarazo. Los recién nacidos están en perfecto estado de salud, se alimentan sistemáticamente con la leche de su madre.
Esta situación dificulta que Guillermo pueda ordeñar a Bombón, pues la cría duplica la demanda.
El nacimiento de ganado vacuno siempre es bien recibido en Cuba, donde este animal, se dice en broma, es más sagrado que en la India.
Durante años el cubano se ha privado de comer carne de res debido a su ausencia en los mercados del país, y al hecho de que su hurto, sacrificio y comercialización entraña duras penas de prisión, más severas incluso que las condenas por homicidio.
Según el historiador Dimas Castellanos, hacia la mitad del siglo XX en Cuba se registraban 4.116 millones de cabezas de ganado vacuno, en una nación que rondaba los 5,5 millones de personas.
Para 1958, en la isla existían 0,748 vacas por persona, un crecimiento que, de haberse sostenido, permitiría que Cuba tuviera actualmente más de 11 millones de cabezas de ganado. De hecho, en esa fecha la ganadería era la segunda actividad económica del país, y había varias fábricas de derivados de la leche.
El empeño de Fidel Castro de crear una nueva raza bovina capaz de producir al mismo tiempo abundante carne y leche derivó en un “desacertado cruce genético”, explica Castellanos, y como consecuencia ni una cosa ni la otra: para 2010 la población vacuna bajó a una res por cada tres personas, casi tres veces menos que en 1958.
