El joven actor cubano Armando “Mandy” Valdés, reconocido por interpretar a Chala en la película candidata a los premios Óscar, “Conducta”, reveló cuánto le afectó en su vida personal el entrenamiento que recibió durante la grabación del largometraje.
“Yo fui un niño tranquilo hasta que salió la película”, dijo durante el más reciente episodio del pódcast conducido por el influencer cubano Carnota. “Entro en una secundaria en el Cerro y el primer día me paran en la puerta y me dice ‘¿Cómo tú te llamas?’, y yo respondí: ¿Por qué tú me tienes que preguntar el nombre?”, relató.
Básicamente, después de 2014, Mandy ya se había convertido en el conflictivo Chala y no lo sabía. Eso le trajo experiencias negativas con las instituciones educativas en Cuba, que lo amenazan con trasladarlo a una escuela de conducta, algo similar a lo que ocurre en la película.
“Yo venía de un año siendo Chala. De 5 de la mañana a 8 de la noche, yo era Chala. Y entré con esa actitud a la secundaria. Un profesor tuvo que ir a mi casa a hablar con mi mamá y le dijo: Mandy está en una lista de los 10 niños del Cerro que hay que procesar para el CDO”, contó Valdés a Carnota. “Así te amenazaban, con enviarte al CDO”.
El CDO o los Centros de Diagnóstico y Orientación son instituciones educacionales encargadas de la evaluación de niños, adolescentes y jóvenes “que supuestamente presentan determinadas necesidades educativas especiales”, dice una entrada de la enciclopedia cubana Ecured.
En teoría, los CDO busca diseñar un sistema de acciones que posibilite satisfacer dichas necesidades; así como orientar a docentes y familiares para una mejor comprensión de las diversas manifestaciones conductuales y del aprendizaje.
“Conducta” fue el primer trabajo de Mandy Valdés; nunca antes había tenido contacto con la actuación “ni nada parecido”. Sin embargo, a los 14 años, y gracias a su personaje, ya se codeaba con estrellas de Hollywood en los estrenos mundiales y alfombras rojas de EEUU y Europa.
Fueron momentos intensos y felices para el entonces adolescente, que ahora como adulto reconoce la dureza con la que lo trataron en los sets de filmación. “Yo era un niño, y tenía una asesoría detrás. Tenía personas trabajando directamente conmigo, sacándome lo malo que podía tener adentro”, explicó.
“Yo no sabía interpretar. Lo que hicieron conmigo fue que sacaron lo malo mío -o lo malo que puede tener ese niño- y hacerme creer esas situaciones”, dijo el actor, ahora radicado en Miami tras llegar a EEUU cruzando fronteras en diciembre pasado.
Una de las experiencias desagradables de su entrenamiento, según contó, fue cuando el equipo de producción lo obligaba a barrer y limpiar la basura que quedaba en el piso durante los ensayos.
