El campeón panamericano y medallista mundial cubano de remos, Ángel Fournier, falleció este jueves en Estados Unidos a causa de un infarto. Tenía apenas 34 años.
“Una noticia muy triste la muerte hoy de un infarto de Ángel Fournier Rodríguez (EPD 1988-2023) un amigo y atleta que nos acompañó muchas veces en el trabajo de la Red de Masculinidades”, lamentó el profesor e investigador Julio González en su perfil de Facebook.
“Fourier era el remero cubano con mayores lauros a nivel mundial panamericano y centroamericano además de finalista olímpico. EPD campeón siempre en nuestros corazones”, expresó González.
Natural del municipio de Caimanera en la provincia de Guantánamo, Fournier destacó desde temprana edad por sus habilidades físicas y destrezas para la práctica deportiva.
Incursionó en baloncesto y béisbol pero los especialistas del canotaje lo captaron para ingresar a la Escuela de Iniciación Deportiva (Eide) en la especialidad de remo.
A inicios de este siglo comenzó a obtener resultados en diferentes competencias como los Juegos del Alba celebrados en La Habana en 2004, la Regata Nacional Juvenil ese mismo año en la capital cubana y la Copa 26 de Julio, en Varadero.
Todavía en categorías juveniles, Fournier fue llamado a la selección nacional de remo tras ubicarse sexto en la final A del Campeonato Mundial Juvenil de Alemania.
Fournier continuó mejorando su técnica y su rendimiento, hasta que subió a lo más alto del podio en el panamericano de Guadalajara, México, en 2011.
En los siguientes años su palmarés no hizo más que crecer, sumando dos medallas de plata en los campeonatos mundiales de 2013 y 2017, así como par de preseas doradas en los Juegos Panamericanos de 2015 y 2019.
Considerado uno de los mejores de su deporte en el continente, el cubano llegó a dos finales olímpicas en Londres 2012 y en Río 2016, aunque no logró trepar al podio bajo los cinco aros.
En 2019 sufrió una dificultad cardiovascular pero logró superarla y más tarde gañó la medalla de oro continental en los Panamericanos de Lima y el metal bronceado en la Copa del Mundo en Polonia.
Pero el parón competitivo provocado por la pandemia de COVID-19 y la falta de atención institucional a los deportistas durante esa dura etapa lo hicieron tomar la difícil decisión de solicitar su baja del sistema deportivo cubano y marcharse de la isla.
Instalado en Estados Unidos, soñaba con reunirse con su esposa y sus dos hijos, al tiempo que intentaba recuperar su forma física para volver al deporte activo.
En una reciente entrevista a la periodista cubana Julia Osendi, declaró que había decidido emigrar porque el deporte “pasa” y la familia queda.
“Yo tengo que ver a mis hijos crecer, darles un futuro y ¿dónde mejor que en Estados Unidos? (…) podemos escribir un libro con cinco tomos, con historias disímiles y todas finalizando de igual forma: “no me han dado, necesito, no tengo techo, no tengo en qué moverme, no me pagan”, expresó el mejor remero cubano.
