“Honra a tu madre y a tu padre para que tus días sean bendicidos aquí en la tierra”, ha sido el contundente mensaje del boxeador profesional cubano Yordenis Ugás poco después de sacar a su madre de la isla para llevarla a vivir con él a Estados Unidos.
“Uno puede tener la edad que sea, pero a papá, y sobre todo a mamá, se respeta”, recordó el púgil radicado en Miami, que estuvo separado de su madre los últimos 14 años.
“Si eres recién llegado, si tienes pocos años en este país y las cosas no te salen bien, no te desesperes, por favor. Ten paciencia, inteligencia. Te lo dice una persona que pensó ser campeón en 2 o 3 años y le tomó 10”, aconsejó este fin de semana.
“Hace seis años regresé y pude ver a mi mamá otra vez después de casi nueve años sin vernos”, relató quien se coronó Súper Campeón Mundial del peso wélter por la Asociación Mundial de Boxeo en 2020, sobre un tiempo que “a veces siento que no recuperaré nunca” y en el que estuvo “cinco años viajando a varios países para verla”.
“Dios quiera y me deje disfrutarla unos cuantos años más”, agregó el destacado peleador al pie de una fotografía junto a su madre el día de San Valentin del año 2020 en Panamá, justo antes de la pandemia de covid.
Anteriormente, Ugás había dado a conocer la llegada de su madre y dos de sus primas a Estados Unidos, lo que calificó como “una bendición tan grande”, que “todavía estoy procesando y no me lo creo”.
El veterano de 38 años contó que durmió con su mamá la primera noche tras el arribo de ella al país morteamericano porque su apartamento está lleno.
En tal sentido, el oriundo de Santiago de Cuba reveló que hace unos años se compró un apartamento frente al mar precisamente para su mamá, que es “hija de Yemayá”.
“Hace unos años comenzaron a llegar mis amigos cercanos, mi hermano, mis hermosos sobrinos. En estos 14 años tuve dos buenas mujeres y las dos se convirtieron en mi familia y siempre estaré agradecido por el tiempo que compartí con ellas, pero mamá (Milagros) es otra cosa”, subrayó.
“Llevo años y años viajando para Panamá y para México porque a Cuba no puedo ir a ver a mi familia, pero estaba ya cansado de eso”, recalcó el deportista, que tuvo que estar más de ocho años sin ir a Cuba, un castigo que el Gobierno cubano impone a los deportistas que considera “desertores”.