La activista opositora cubana Yeilis Torres Cruz fue liberada por las autoridades cubanas sin celebrarle nunca juicio, luego de retenerla durante diez meses en prisión por filmar sin su consentimiento al vocero oficialista Humberto López al salir este de un edificio en el municipio habanero La Lisa, donde residía supuestamente una amante.
La activista y madre de dos hijos —niño de 6 años e hija de 15 recientemente cumplidos— de 34 años confirmó a través de un post corto y una muy breve transmisión en directo en su perfil de Facebook que ya estaba en casa desde el pasado viernes 4 de marzo, y que luego ofrecería más detalles. Poco después posteó una foto con su hijo, refiriendo: “10 meses sin ellos. Qué dolor tan grande. Pero ya acabó ese dolor”.
Graduada de Derecho y miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Torres Cruz interpeló al vocero López “sin su permiso” el 8 de mayo de 2021 cuando este salía del referido edifico, aun sin precisar con qué motivos, en un momento de auge mediático donde López revelaba casi diariamente conversaciones privadas de opositores en WhatsApp en sus espacios televisivos.
López y el chofer que le manejaba el auto de alquiler donde se estaba moviendo, agredieron a Yeilis, dañando su rostro y sus ropas, para arrebatarle el teléfono móvil y finalizar la transmisión.
La activista acudió dos días después a la policía para presentar una acusación formal contra el funcionario por la agresión, denunciada por ella en una “directa” de Facebook. Pero en vez de recepcionar su denuncia, la policía aplicó una medida de reclusión domiciliaria a Yeilis Torres por el cargo de “atentado”, aunque en la “directa” inicial donde interpela a López no se aprecia ningún ataque físico por parte de ella, aparte de emplazarlo verbalmente a que confiese quién vive en la vivienda de La Lisa. Poco después, la medida fue sustituida por la prisión provisional.
Luego fue trasladada a la unidad policial localizada en 100 y Aldabó, y finalmente internada en la Prisión de Mujeres de Occidente, localizada en El Guatao, en el propio municipio de La Lisa donde ocurrió el hecho que la llevó a esta cárcel, donde, según denuncias de familiares y activistas, fue víctima de torturas psicológicas, aislamientos y otros tipos de maltratos.
Un familiar contactado hace poco por el medio independiente Diario de Cuba, declaró que Torres Cruz también padeció durante su encarcelamiento de “dengue e infección en los riñones”, y que estaba “muy alterada con la indefinición de su caso”, que nunca llegó a los tribunales.
