El pasado 28 de febrero, Estados Unidos renovó a Cuba en su lista negra de Estados patrocinadores del terrorismo, una letra que la isla solo se quitó, temporalmente, durante el llamado “descongelamiento” vivido en las postrimerías de la administración de Barack Obama. El secretario de Estado, Anthony Blinken, acaba de confirmar que por lo pronto no cambiará esa situación.
“No estamos planeando sacarlos (a Cuba) de la lista”, declaró el jefe de la diplomacia estadounidense ante un comité de la Cámara de Representantes del Congreso, cuando le preguntaron si Washington planeaba hacerlo. Por alguna razón, en los últimos tiempos, y más con las conversaciones sobre temas migratorios, disparó los rumores sobre un
Estados Unidos sacó a Cuba de esa lista en 2015, cuando se dio aquel tímido acercamiento, cortesía de Obama. Fue llegar Donald Trump a la Casa Blanca, y la isla volvió a la lista, por su renuencia a extraditar a ciudadanos reclamados por la justicia de Estados Unidos y a guerrilleros de Colombia. La Habana alega que, siendo garante de los diálogos de paz en Colombia, no podía entregar a ninguna de las partes en conversaciones.
¿Desde cuándo está Cuba en esa lista? Hace más de 40 años, exactamente cuando era presidente Ronald Reagan: por entonces no se decía “Estados patrocinadores del terrorismo”, si no “parias”. Junto a Cuba estaban Corea del Norte, Irán y Siria.
En la actualidad, la Justicia colombiana reclama que Cuba les entregue a Víctor Orlando Cubides, alias Pablo Tejada, e Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán, dos líderes de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN). Ambos fueron condenados a 40 años de prisión por rebelión, terrorismo, homicidio simple múltiple y lesiones personales.
“Cuba ha rechazado la solicitud de Colombia de extraditar a 10 líderes del ELN que vivían en La Habana después de que se le atribuyera a ese grupo la responsabilidad del atentado con bomba en 2019 contra una academia de policía de Bogotá que mató a 22 personas e hirió a otras 87”, argumentó entonces el Departamento de Estado, la cartera que dirige Blinken.
Al incluir a Cuba en esa lista negra, Washington veta la posibilidad de emitir licencias para la venta de artículos de defensa a esos países y conmina al resto de la comunidad internacional a que se abstenga de venderles armas o cualquier artefacto de defensa.
