Violencia de Género en Cuba: dos casos sobre los que se precisa información actualizada

Havana
algo de nubes
23.2 ° C
23.2 °
23.1 °
94 %
0.5kmh
20 %
Vie
29 °
Sáb
29 °
Dom
30 °
Lun
27 °
Mar
23 °

En el mapa reciente de la violencia machista y de género en Cuba, Camagüey aparece con tres nombres verificados durante 2025 que ya son parte de una estadística dolorosa: Cristina Guerra, baleada el 2 de febrero en Vertientes; Marialedys Abad Morgado, asesinada por su expareja el 8 de marzo en Guáimaro; y la adolescente Yilianys Reyes Fundora, de 17 años, muerta a fines de abril en Esmeralda.

Los tres casos fueron documentados por los observatorios independientes y reportados por prensa no estatal a medida que avanzaba el año. En marzo, Radio Televisión Martí y otras fuentes confirmaron a Cristina y Marialedys; en mayo, medios como CubaNet y Hora de Cuba registraron el crimen contra Yilianys. Nada de esto es rumor ni captura de pantalla: fue verificado por OGAT y YoSíTeCreo en Cuba.

Sin embargo, al cierre de esta nota, no aparece en esos registros un feminicidio en Camagüey cuya víctima llevaba por nombre Roxana o Rosana.

Lo que sí existe es una oleada de publicaciones en redes y notas de agregadores que hablan de una joven conocida como Roxi, “La Yemayasita”, reportada como desaparecida y luego hallada muerta en julio. Periódico Cubano la presentó como posible víctima de su esposo; Cubita NOW y páginas de Facebook replicaron el luto y los señalamientos, pero ninguna de esas piezas trae confirmaciones oficiales ni cotejo con las bases de OGAT/YoSíTeCreo. Es decir: hay un hecho trágico, hay duelo público y hay sospechas, pero todavía no hay verificación independiente que permita incorporar el caso al conteo nacional. Falta el nombre completo, la fecha exacta del hallazgo, la tipificación y, sobre todo, la confirmación de que se trata de un feminicidio.

Ese “vacío de verificación”, que para nada tiene que ver con la labor más que encomiable que hacen los observatorios y sus colaboradores, convive con otro dato que no se puede obviar: según los recuentos acumulados por la prensa, activistas, informadores y por los observatorios, 2025 siguió sumando víctimas y llegó a 35 feminicidios hacia principios de octubre; aun cuando faltan hechos, como el de «Roxi», pendientes de verificar.

En ese contexto, la urgencia por confirmar o desmentir el caso de “Roxi” no es solo una exigencia periodística; es una pieza que puede alterar el mapa provincial y nacional de las violencias. Pero, por ahora, la historia permanece en una zona gris: compartida miles de veces en Facebook, huérfana de un parte policial o judicial, ausente de los listados de las plataformas que verifican.

El segundo expediente pendiente es más reciente y habla de La Habana.

Varias publicaciones en redes sociales señalan la muerte de una chica trans en Colón, Centro Habana, con despedidas y mensajes de dolor que apuntan a una agresión letal y, según comentarios, a un presunto atacante del entorno cercano.

De nuevo, se repiten las señales: duelo público, acusaciones en comentarios, preguntas sin respuesta sobre el cómo y el quién. Hasta ahora no hay nota oficial ni verificación independiente que permita identificar a la víctima con nombre y apellidos y fijar la fecha del crimen.

En los comentarios queda recogido un nombre: Natacha (Natasha) pero la prudencia obliga a esperar por la información adicional: sin esos elementos, no es posible clasificar el hecho como transfeminicidio ni incorporarlo a los recuentos.

Lo que sí está claro, y los informes periódicos lo confirman, es que la violencia de género en Cuba no cede. Entre enero y mayo, OGAT contabilizó 15 feminicidios; a mediados de marzo la cifra nacional ya incluía dos crímenes en Camagüey, y con el correr de los meses siguieron sumándose casos en distintas provincias hasta los 35 confirmados ya en la primera semana de octubre.

Por todo lo anterior, esta nota deja dos llamados abiertos. En Camagüey, cualquier familiar o testigo con información comprobable sobre “Roxi/La Yemayasita” —nombre completo, fecha del hallazgo, municipio, relación con el presunto agresor, estado de la investigación— puede marcar la diferencia entre un rumor compartido y un caso verificado.

En La Habana, la comunidad que despidió a la joven trans necesita, como mínimo, que su muerte tenga identidad jurídica y no solo memoria afectiva en la línea de tiempo de Facebook. Mientras tanto, seguiremos cruzando fuentes y registros, atentos a las actualizaciones que permitan pasar de la conjetura a la certeza. Porque el país merece un conteo limpio, y las víctimas, un nombre que nadie pueda borrar.

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.79 x LBENVÍA AQUÍ
+