La actriz cubana Verónica Lynn es una joya viva de la actuación en el país y uno de los rostros más relevantes de la escena artística. Hoy celebra su cumpleaños número 94, rodeada del cariño de su público.
Y no es para menos: detrás de sí deja una vida entera dedicada al arte, una trayectoria que aún continúa activa, llevando su talento a las tablas del teatro y participando en proyectos como Estrés, de la directora de cine cubana Marilyn Solaya.
El talento corre por sus venas, pero también la humildad, como se pudo ver en una de las más recientes entrevistas que concedió la legendaria actriz a la fotógrafa y artista cubana May Reguera.
Desde una de las distintivas butacas azules del teatro Hubert de Blanck, la actriz habló de sus inicios en la actuación y de cómo la marcó, irremediablemente, ese dúo de hermanos que tanto hizo por el teatro cubano: Raquel y Vicente Revuelta.
“Yo empezaba… es decir, todas las cosas me asombraban. Lo que hacían gentes tan geniales como eran los hermanos Revuelta”, comentó Lynn, tras recordar cómo en los años cincuenta asistió a una obra donde los Revuelta simulaban una puesta en escena dentro de otra, con el juego director-actriz.
“Yo era empírica completamente, yo no sabía… no tenía ningún sentido de que había un sistema o un proyecto para ser un actor”, confesó la actriz, una afirmación que hoy, al escucharla, resulta casi increíble.
Este año ya se le han rendido varios homenajes. En primer lugar, su labor ha quedado plasmada en papel con el libro Verónica Lynn. Una vida en el arte, una biografía que recoge su vida y trayectoria, que ella describe como un libro de “trabajo, de técnica”.
Además, en la edición de este año del Festival Internacional del Cine Pobre de Gibara —que recuperó su nombre original—, fue reconocida con el Premio Lucía de Honor, un lauro que la actriz recibió con gran satisfacción.
