Kiev movió ficha y puso sobre la mesa un trueque humanitario con una carga política evidente: liberar a los cubanos capturados en el frente si La Habana excarcela a presos políticos, y repatriar los restos de los caídos.
La propuesta, presentada en Miami por el diputado ucraniano Maryan Zablotskiy, incluye el envío a Cuba de los cuerpos de 41 nacionales identificados como muertos en combate del lado ruso, y condiciona la salida de prisioneros a un gesto simultáneo del régimen hacia parte de los más de mil encarcelados por motivos políticos en la isla.
Sí, según Ucrania son 41 los muertos que Cuba puso en una guerra, por «papeles» y una estabilidad económica. Inferior a los 2,289 muertos en misiones en África y Nicaragua – de los cuales 2,077 corresponden a Angola – que se libró a nombre del «internacionalismo proletario». Sí, Angola no pagó con «papeles» y no envía nada de ayuda ecónomica a los cubanos que allí combatieron hace medio siglo. De hecho, les han negado hasta el visado a algunos; y las riquezas – amén de los diamantes que algunos jerifaltes se robaron – se las ha robado luego la hija de Eduardo dos Santos.
Estos son algunos de los nombres de los mercanarios cubanos caídos en combate en la guerra contra Ucrania, luchando como miembros del ejército ruso.

Zablotskiy, que preside el Comité Pro-Cuba Libre del Parlamento de Ucrania, explicó que su gobierno está dispuesto a considerar la excarcelación de cubanos capturados si La Habana libera a un grupo de presos políticos. El ofrecimiento llega acompañado de otra promesa: continuar la identificación y notificación a las familias en la isla “de qué ha pasado con estos hombres”, y organizar la repatriación de los restos. El legislador subrayó que varios cubanos permanecen detenidos en Ucrania y reciben un trato humano; de hecho, algunos habrían dicho que por primera vez comen tres veces al día.
En paralelo, Kiev informó que, a la fecha, han sido identificados 39 cubanos fallecidos y que existen “cientos” de casos por esclarecer, un dato que convive con el compromiso de repatriar 41 cuerpos en la propuesta divulgada horas después. La cifra ilustra un fenómeno que las autoridades ucranianas describen como creciente: el reclutamiento de ciudadanos cubanos por parte de Rusia, muchos de ellos bajo promesas económicas o engaños laborales, y su empleo en zonas de alto riesgo. Además, Ucrania confirmó que mantiene cuatro prisioneros cubanos en su poder.
La iniciativa de canje no se limita a números. Incluye una lista prioritaria de 19 presos políticos cuya liberación debería acompañar cualquier acuerdo, entre ellos figuras del activismo cívico y cultural. El gesto busca, a la vez, aliviar el drama de las familias cubanas afectadas por la guerra y exhibir lo que Kiev califica como la doble moral de La Habana: permitir que sus ciudadanos mueran por Moscú mientras encarcela a opositores pacíficos. El intercambio, además, abre un canal inédito entre dos gobiernos sin relaciones estrechas, y obliga a Cuba a pronunciarse sobre el destino de sus nacionales en el conflicto y sobre su política carcelaria interna.
Si prospera, el acuerdo marcaría un precedente en la guerra: por primera vez, la suerte de extranjeros reclutados por Rusia se resolvería vinculada a la liberación de presos políticos en su país de origen. Si fracasa, quedará como la radiografía de un triángulo incómodo: Ucrania intentando aliviar una tragedia que trasciende sus fronteras, familias cubanas esperando respuestas y un gobierno en La Habana al que, una vez más, le piden cuentas por la vida y la muerte de sus ciudadanos.





