A la TV cubana pronto comenzarán a llamarla «La Negadora» -nada que ver, caballero, con «La Engañadora» de Enrique Jorrín, aunque este otro nombre le viene también como anillo al dedo- pues se la pasa últimamente negándolo todo, como el nombre del disco 2017 del cantautor español Joaquín Sabina.
Para ser sinceros, el slogan «TV Cubana, lo niego todo» se adecua mejor a la realidad que este otro: «TV Cubana, al servicio de la verdad», que es el que actualmente tienen. Prueba de ello es que, hace apenas unos días, por desmentir, o negar, hasta negaron un meme aparecido en una foto, al cual quisieron darle visos de «fake news», aunque hasta un niño de primaria sabía que era eso: un meme.
Negándolo todo, más que Pedro, el apóstol, que apenas se limitó a negar a Jesucristo tres veces, ha estado la TV cubana desde hace un buen rato; muy probablemente desde el 27N, o antes; siempre a raíz de denuncias hechas y vistas en las redes sociales, a las cuales el oficialismo le busca una «explicación», por demás, en la mayoría de los casos ridícula o poco concluyente.
A la negadera no escapa el Granma, ni Prensa Latina, que por negar han negado en las últimas horas que en Santiago de Cuba se estén realizando enterramientos en fosas comunes; y que Cuba rechazó las vacunas del fondo COVAX.
La TV Cubana, que al igual que Granma y Prensa Latina, responden a los intereses del Partido Comunista en el poder, y sale a decir lo que le viene orientado o autorizado desde el Departamento Ideológico del Comité Central. Ayer ha aseverado que Cuba no vende los alimentos que le son donados, pero… esta gaveta tiene comején.
En el trabajo periodístico aparecieron varios funcionarios. Los entrevistados dijeron que las donaciones de alimentos llegan a Cuba de manera «diferente» a los que se venden en la red minorista. Es decir: si México dona chícharos «La Colina» lo hace en bolsas de -digamos- 500 gramos; pero si se lo vende a Cuba, lo hace en un formato diferente; digamos mil gramos.
Es así como noticiero oficial de la TV cubana niega y llama «fake news» a denuncias vistas en las redes sociales, principalmente sobre supuestas ventas de alimentos donados a Cuba. La TV cubana señaló que quienes hacen eso lo hacen con el objetivo de «articular campañas para desprestigiar la gestión del gobierno cubano» y «hacer creer a sus audiencias que Cuba vende a la población los productos donados». Por supuesto, como ya es normal en estos casos, la TV cubana acusó a los medios independientes (esos que dicen ellos son «financiados desde Estados Unidos») de utilizar el sensible tema para confundir al pueblo.
«Los que se dicen asombrados de ver productos mexicanos, son contratos de compraventa de nuestra corporación con proveedores de ese país», aclararon funcionarios en la TV.
Cuba, en las últimas semanas ha recibido donaciones de alimentos desde varios países, como el ya mencionado México; y también de otros como Venezuela, Rusia, China, Bolivia y Vietnam. Curiosamente, casi todas estas donaciones han llegado a la isla, y aparecido luego los alimentos en las tiendas, después de las protestas del 11 de julio.
Pero… el problema de estos desmentidos y negaciones que ahora encara la TV cubana y que cita a funcionarios como la ministra cubana de Comercio Interior, Betsy Díaz, es que no las hacen a tiempo; que les falta sentido común. Mollera… «condumio» en la materia gris.
Es curioso que en el pasado -no tan lejano- pero posterior a la llegada de la Internet a los celulares, e incluso también antes de que Raúl Castro autorizara a los cubanos a tener los celulares que su hermano Fidel Castro les había prohibido tener, a la TV cubana no le interesara en los más mínimo desmentir nada. Como los denunciantes apenas si tenían «alcance» para filtrar la información, el gobierno de Cuba podía hacer y deshacer a su antojo. Es así que vendían, entre col y lechuga, cemento, tanques plásticos y tejas que les eran enviados en calidad de donación, cada vez que un huracán impactaba en la isla.
Vendían además ropa y alimentos, recibidos también en calidad de donación; pero… nadie se enteraba.
¿O sí? Lo cierto es que las quejas se fueron acumulando; las fotos fueron apareciendo y las denuncias llovían.
Fue así como comenzó el proceso de verse obligados a «desmentir», «negar» o cuando menos explicar, lo que antes no hacían.
Un amigo, cuya esposa dirigía una tienda de ventas de ropa usada traída en pacas, donación principalmente desde Canadá, afirma que ahora al gobierno, con la internet, «se le desmontó el chiringuito».
Afirma además que lejos de que la TV cubana tenga que estarle cayendo detrás a las denuncias para «desmentirlas» o «explicarlas», la lógica indicaría que si hay elementos que sugieren una confusión, se aclare todo antes; como afirma él debió haberse hecho con la famosa carne rusa vencida.
«Explicar la poca materia gris que tiene toda esta gente, para reconocer que tienen que aclarar estas cosas antes de que todo les explote encima, nos llevaría horas», me comentaba casualmente ayer.
Dice además este amigo, no sin cuota de razón -repito- que la TV cubana es la última que se entera de todo; la que no puede decir nada sin que se lo ordenen. La que solo sale a la calle a grabar lo que les conviene, para editar el material luego, y exponerle al pueblo, en la pequeña pantalla, lo que únicamente están autorizados a ver y escuchar.
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