Un técnico de ETECSA provoca en Cuba insomnios a una anciana con un proceder que se las trae.
Un técnico de ETECSA tendría una novedosa manera de reparar los problemas telefónicos en una vivienda, según revelara el diario oficialista Juventud Rebelde. El ingenioso «técnico», perteneciente al monopolio de las comunicaciones de Cuba, arrancó los cables que conectaban un teléfono, en el cuarto, para llevarse el aparato y sustituir el que estaba en la sala, pues este «se oía bajito». Luego, ocultó los cables atrás de la cama y se marchó.
Así lo cuenta el afectado, Charles de Armas González (Calzada No. 957, apto. 101, entre 8 y 10, Vedado, Plaza de la Revolución, La Habana) al diario oficialista. Pero ojo, la situación no queda ahí. El asunto se complica, claro, porque el arreglo, no fue tal.
Días después del «arreglo» protagonizado por el técnico de ETECSA, el teléfono no tenía salida: solo recibía llamadas.
El quejoso indica que además entraban llamadas de gente desconocida, que cuando se les indagaba a quién llamaban, daban el número correcto, pero un nombre equivocado. Dio la casualidad que entonces, también, «la primera y última fila de las teclas del teléfono dejaron de funcionar, lo que impedía hacer llamadas».
Alega Charles que su madre no pudo más y llamó a la compañía con la condición de que ¡por favor! no volvieran a enviarle el mismo «técnico».
El nuevo técnico de ETECSA vino y comprobó que lo del cable arrancado de la cajita era cierto. Le prometió reponérselos, pero…
Según la carta de denuncia, cuando el técnico de ETECSA habló con su superior y le contó lo sucedido, este le dijo que nananina jabón candado. Que «cable, teléfono y cajita eran problema del cliente».
El supervisor del técnico le comunicó que solo después que ellos tuviesen la cajita y el cable, se procedería al arreglo.
Otro reporte más, ¡y apareció en su casa el primer técnico! Justificando su técnica para reparar con el hecho de que la cajita y el cable estaban en mal estado.
La anciana, desde entonces, con sus 80 años a cuesta y problemas de «hipertensión, diabetes, operación de cáncer de mamas, artrosis cervical, con disminución motora y auditiva» no cesa de llamar a la compañía para reportar que está sin teléfono.
Hasta tres veces ha ido la anciana a ETECSA a reportar el problema.
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Ah, pero aquí falta una pieza en este embrollo. Todo este teje maneje empezó en septiembre del 2019. Hasta noviembre del 2020, sin tener ella salida en su teléfono, la anciana pagó todas las facturas una por una, aun cuando propiamente el servicio -cargos- estaría más relacionado con las llamadas de salida, ¿no?
Charles dice que finalmente él no pudo soportar más, montó en cólera, «fue a Etecsa y exigió una solución».
Los amenazó con escribir a la prensa, y dice que ¡oh, milagro!, el teléfono agarró servicio completo «de manera estable y sin afectación» desde los primeros días de diciembre (2020) hasta el pasado mes de mayo.
En ETECSA le han dicho que «lo de las teclas y la imposibilidad de hacer llamadas es problema del aparato», pero Charles se hace una pregunta: «¿De diciembre de 2020 hasta mayo de 2021 se arregló solo?»
Su madre, ahora, tiene afectado el sueño. Incluso se siente culpable de haber llamado a ETECSA. Y a no dudarlo se sienta culpable también de que el técnico de ETECSA haya arrancado los cables.
«En todo este tiempo he probado con tres aparatos diferentes que me han facilitado familiares o amistades, y que en los lugares donde estaban instalados funcionaban perfectamente. Pero en mi casa se les bloquean las teclas. No permiten marcar, solo recibir. A veces, funcionan por unas horas, para luego volver a lo mismo», concluye el afectado, en un caso que parece ilógico y digno de una respuesta de ETECSA.
