Problemas de conexión. Así le dicen a Diana Mesejo Álvarez (Calle L, No. 256, apto. 301, entre 17 y 19, Vedado, La Habana), cada vez que intenta comprar con su tarjeta MLC con con dólares en la tienda del centro comercial Náutico, en el municipio capitalino de Playa.
La «pobre» señora escribe al diario Juventud Rebelde, para ver si se resuelve su problema. Sin embargo, esta cubana «suertuda» – y bendita ella, que puede tener tarjeta MLC y dólares -, a pesar de poseer divisa no tiene suerte, pues se queda sin adquirir lo que desea por culpa de una «desconexión».
La mujer dice que le ha sucedido varias veces; que ha hecho tremendas colas todas de pie; que ha esperado, tenido paciencia, pero cuando llega a la caja registradora, el POS no tiene conexión. Entonces, su tarjeta MLC y sus dólares no le han servido para nada.
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Otras veces no alcanza, siquiera, ni a pagar. Se ha enterado antes de que no hay conexión y se ha ido. Otras se ha demorado tanto que, cuando le han pedido que espere, se ha descubierto sin tiempo, pues tiene otras obligaciones – una niña chiquita, además – y se ha marchado para su casa con las manos vacías, aunque con su tarjeta MLC y dólares.
Pero ha perdido la cola. Que un cubano pierda la cola es como que un francés no encuentre vino en un supermercado. ¡Algo inadmisible!
«Después de casi cuatro horas decidí marcharme. No podía permanecer por más tiempo, ya que tengo una niña pequeña y mis padres son personas ancianas. Decidí volver al día siguiente, martes 29 de junio. Y al llegar, lo mismo. Si el día anterior era por problemas de una fase caída, esta vez era por lo que sucede casi siempre: sencillamente no había conexión,» revela esta cubana en queja publicada en la prensa oficial sobre lo que le sucedió el 28 de junio.
«Esta historia se repite a diario en esas tiendas. No es un hecho aislado y no se arregla. Se abren cada vez más tiendas con esta modalidad y el problema continúa. Las causas que provocan la caída de la conexión las desconozco, y pueden ser muchas. Pero pregunto: ¿Para qué se implementa una modalidad de ventas por tarjetas si no se tienen las condiciones que se requieren para brindar ese servicio?», pregunta.
Por más que lo intento no puedo leer esta historia sobre esta cubana que, con tarjeta MLC y dólares, no puede comprar en la tienda del Náutico, sin recordar una frase dicha por una amiga hace unos días atrás, al enterarse de que no se iba a poder llevar USD para recargar su tarjeta:
«Compadre, en este país no te dejan ni ahorrar en dólares».
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