Con estas medidas, el régimen parece decidido a destruir cualquier atisbo de autonomía económica en Cuba. La pregunta ahora es si los emprendedores y la población en general resistirán esta nueva embestida o si se resignarán a un sistema que privilegia la ineficiencia estatal sobre el dinamismo privado. Lo que está claro es que, si algo no cambia, “hasta el pollo” terminará siendo una anécdota del pasado en los hogares cubanos.
Cada vez que una iniciativa privada muestra signos de éxito, el régimen interviene, ya sea apropiándose de los ingresos, la infraestructura o directamente cerrando el negocio. Este ciclo de "te la doy y luego te la quito" ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza que desalienta la inversión y limita las posibilidades de desarrollo económico.
En negocios privados han comenzado a reaccionar contra aquellas personas que se niegan a vacunarse contra la COVID-19.
"No vaccine, no food for you", reza...