Estos dos crímenes resaltan la situación de vulnerabilidad de las mujeres en Cuba, donde el feminicidio ni siquiera está tipificado como delito en el Código Penal. A pesar de los esfuerzos por crear un registro de violencia de género, organizaciones feministas han criticado la falta de acción concreta y la escasa transparencia en las estadísticas oficiales. 2025 comienza en Cuba con un lamentable saldo que evidencia el abandono institucional frente a la violencia machista.
El reciente asesinato de una mujer en Santiago de Cuba pone de relieve la necesidad urgente de continuar con los esfuerzos en materia de lucha contra la violencia de género.
Solo la condena pública, ya sea a través de medios independientes y/o las redes sociales, les ha dado un poco de justicia a algunas víctimas (no a todas) porque la Revolución, en lo que más está interesada está, es en que la churre no salga de debajo de la alfombra.
El hecho ocurrió en el poblado de Aguacate, en la provincia de Mayabeque, el pasado 31 de diciembre en horas de la tarde. La mujer fue transportada de urgencia hacia el policlínico de la localidad y de ahí fue remitida al hospital de San José de Las Lajas, donde actualmente se encuentra hospitalizada con pronostico de "grave".
La historia de Oreste Plasencia y su familia resalta la realidad de muchos cubanos que se enfrentan a desafíos similares, una situación que merece atención y soluciones concretas para garantizar la salud y seguridad de todas las familias cubanas.
Las desapariciones de mujeres en Cuba se hacen cada vez más recurrentes, y en no pocos casos han terminado en desenlaces fatales, como ha sido el caso de la madre cubana Yamilet de Jesús Domínguez Torres.