A medida que se alargan los apagones, la paciencia de los cubanos se agota. Las temperaturas de hasta 35 grados y la proximidad del nuevo curso escolar solo agravan una situación que ya era insostenible. Mientras tanto, la Guiteras, lejos de ofrecer la tan necesaria estabilidad, sigue sumida en la oscuridad, dejando a todo un país en vilo.