Varias familias del barrio La Marina, del municipio granmense Pilón, quedaron durmiendo a la intemperie tras los fuertes sismos que sacudieron al oriente de Cuba el pasado domingo, según reportó este miércoles la página La Tijera.
Muchos pobladores, entre los que se cuentan niños y ancianos, se encuentran desamparados y pidiendo ayuda porque los terremotos derrumbaron sus viviendas y el apoyo brindado por las autoridades hasta el momento ha sido bastante limitado.
Si bien los dirigentes provinciales y locales instalaron varias tiendas de campaña para que pernoctaran quienes lo perdieron todo, “no caben todas las familias”, apuntó La Tijera en redes sociales.
De igual forma, La Tijera afirmó al pie de impactantes imágenes de Pilón tras los temblores que “allí no ha ido más nadie del Gobierno a dar la cara”.
De acuerdo con lo que denunció esta fuente, “en Pilón murieron personas y la prensa oficialista aún no ha dado esa noticia”. Entre los fallecidos, aseguró, “hubo una embarazada de ocho meses de gestación”.
Al respecto, muchos internautas opinaron que Pilón es “un pueblo olvidado” desde que “desmantelaron su central azucarero” y lamentaron que el Gobierno sepa desplegar al Ejército para reprimir a los opositores, pero no igual para ayudar al pueblo ante una emergencia.
En la mañana del domingo 10 de noviembre el Servicio Sismológico Nacional confirmó que un terremoto de magnitud 6, y más tarde una réplica que alcanzó la magnitud de 6.7, habían estremecido al oriente cubano.
Enrique Diego Arango Arias, jefe del citado organismo, reconoció en Facebook que en Pilón “la situación está bastante complicada” y con “muchos daños”.
El Gobierno registró tres derrumbes totales y más de 200 afectaciones parciales, pero negó que hubieran provocado víctimas mortales, pese a que una periodista oficialista señaló que al menos dos ancianos habían fallecido en Pilón.
El primero de los sismos tuvo lugar cerca de las diez y estuvo localizado a diez kilómetros de profundidad y a 32 kilómetros al sureste de Pilón, de acuerdo con un comunicado del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas.
El segundo ocurrió casi dos horas después, a unas 24 millas al sur del municipio Bartolomé Masó, también en Granma, y a unas 75 millas de Santiago de Cuba.
En otras provincias como Las Tunas o Guantánamo, muchos dijeron haber sentido los temblores.
El oriente cubano es la zona de más actividad sísmica en el país. En octubre un temblor de magnitud 5.1 también sacudió Santiago de Cuba. Con los de este domingo suman 14 los registrados en lo que va de 2024 en la isla.
Este desastre se ha unido al que causó semanas antes también en oriente el huracán Oscar, que dejó a decenas de familias sin nada y a más de 20 personas desaparecidas, aunque las autoridades hablan de forma oficial de ocho fallecidos.
Al mismo tiempo, la isla intenta mantenerse a flote tras las secuelas del paso de Rafael, el huracán que hace apenas una semana azotó la zona occidental y provocó derrumbes totales y parciales, y el colapso del Sistema Electroenergético Nacional.
Ante cada una de estas catástrofes, las donaciones reunidas por organizaciones de la sociedad civil, iglesias y muchos cubanos “de a pie” han sido de gran ayuda para múltiples familias.