La Isla de la Juventud registró en la mañana del miércoles el primer movimiento telúrico perceptible del año en Cuba: un sismo de magnitud 5.5, a unos 10 kilómetros de profundidad, fue sentido en varios territorios del municipio especial, una sensación sin dudas inquietante cuando el mundo observa sobrecogido los estragos de los recientes terremotos que dejaron miles de muertos y destrucción en Turquía y Siria.
“Hasta el momento se han recibido reportes de perceptibilidad de varias localidades del municipio especial Isla de la Juventud, así como de edificios altos de la ciudad de La Habana y de otras ciudades del territorio centro occidental del país. Al cierre de la información no se reportan daños materiales ni humanos”, informó en redes sociales el doctor Enrique Arango, del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CNIS), con sede en Santiago de Cuba.
La Isla está en una zona muy concurrida por ciclones y huracanes, que más de una vez la han golpeado con saña, pero los temblores se antojan algo más propio del oriente de Cuba, bordeado por el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico. De hecho, el epicentro fue ubicado al norte de Honduras.
Según expertos del CNIS citados por el telecentro Islavisión, resulta poco probable que esta sacudida se repita, aunque se mantiene la vigilancia. Igual, poco o nada se puede hacer ante un evento de estos, impredecibles y súbitos, que a duras penas permite reaccionar y buscar algún lugar donde guarescerse. A veces, ni eso…
El oriente de Cuba despidió el 2022 con una actividad sísmica moderada, con el principal evento sentido al norte de la provincia de Las Tunas, un terremoto de magnitud 4.6, el 8 de noviembre. En total, 13 temblores se sintieron en la isla el pasado año, sin ocasionar más que sustos y un par de notas informativas.
El este de Cuba es la región más vulnerable a este tipo de fenómenos por su proximidad a la zona de fallas Oriente, localizada en el límite de la placa de América del Norte y la del Caribe. No obstante, hay registros de sismos sentidos en Pinar del Rio, la Isla, Varadero, La Habana y Ciego de Ávila.
Los archivos indican que el terremoto más devastador sentido en Cuba estremeció a Santiago el 11 de junio de 1766, con magnitud 7.6, que dejó unos 120 muertos. Casi un siglo después, el 20 de agosto de 1852, la villa santiaguera sintió otra remecida de magnitud 7.2, sin que existan estadísticas del daño que causó.
