¿Recuerdan el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas? ¿Aquel que no pudo ser sofocado a tiempo porque los cañones que disparan el agua a chorros a alta presión, y aquellos que disparan espuma no tenían espuma y tampoco funcionaban? Pues bien, algo similar sucedió en la famosa Fábrica Prodal, en el municipio de Regla, esa donde se fabrican embutidos, croquetas, y picadillo para la población.
Según reporta Click Cuba, la aparente tranquilidad en el Área de Conformados de la Fábrica Productora de Alimentos Prodal, se vio alterada «alrededor de la 1 de la mañana», cuando un incendio de moderado tamaño, iluminó la estrellada noche.
Ubicada en el municipio de Regla, en La Habana, la Fábrica tiene dos entradas. Una delantera y una trasera. Los bomberos, en lugar de entrar por donde estaba más cerca el fuego, que es en la parte trasera, entraron por la puerta delantera.
Ya iban retrasados, así que la demora en ingresar al lugar complicó aún más las labores de extinción del incendio, el cual en un inicio fue atacado por los trabajadores.
Sin embargo, cual misterio divino, cuando se desataron las primeras llamas, y los trabajadores tomaron los extintores para sofocar el fuego, estos se encontraban vacíos. Es decir, eran meros objetos decorativos en las paredes.
«Eso no pasaba cuando Ayleen de la Merced Herrera Suarez era Presidenta a nivel nacional de la Empresa de Servicios de Seguridad Integral, SEISA,» dijo a modo de sarcasmo un amigo de este redactor, refiriéndose a la «huida» reciente a Miami de esta funcionaria que en el pasado también fue Vicedirectora Nacional del grupo COPEXTEL, asociado a CIMEX S.A. y supeditado a GAESA, el conglomerado militar cubano.
Click Cuba señala que «los trabajadores del área afectada han sido detenidos mientras las autoridades investigan las causas del incendio,» lo cual ha despertado indignación entre sus colegas, pues fueron ellos mismos los que «se enfrentaron a la falta de equipos adecuados para combatir las llamas.»
«Seguro se les quemó el picadillo de producción nacional», agregó sarcásticamente la misma fuente que nos hizo llegar la información de este incendio, y quien no es más que un destacadísimo humorista cubano que pidió encarecidamente que no reveláramos su identidad.
La responsabilidad por la falta de mantenimiento de los equipos de seguridad en la fábrica semeja aquella de aquellos que deberían velar por el funcionamiento de los cañones contra incendios en la Base de Supertanqueros de Matanzas; la que no difiere mucho de la responsabilidad de aquellos que ubicaron el balón de oxígeno en los bajos del Hotel Saratoga. Ni los responsables del incendio, ni los de la explosión, han salido a la luz pública, en un caso típico de tapadera al más alto nivel en el Comité Central.
Muy probablemente el responsable de ese suceso en particular, de que los extintores estuviesen sin espuma para combatir las llamas, estuviese o haya estado «rindiendo cuentas en Twitter», constantemente, posteando fotos de Fidel, Ché Guevara y Raúl Castro; haciendo loas a la Revolución, con hashtags de #SomosContinuidad y #YoSigoAmiPresidente; sí, porque a eso se dedican.
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