La muerte lo sorprendió en plenas condiciones profesionales el 23 de noviembre de 2017. Tenía 67 años y había dejado una estela importante en la televisión y el cine cubanos pero pasó a la inmortalidad con su personaje de “Botaperro” en la serie policíaca Su propia guerra.
También se la recuerda por su participación en la novela Tierra brava y en películas como Gallego (1987); Demasiado miedo a la vida o Plaff (1988); Mujer transparente (1990) y Rosa, la china (2002).
Rolando Núñez nació en 1950 y forjó sus cualidades actorales en el Grupo de Teatro Político Bertolt Bretch.
Núñez fue un actor con todas las de la ley. Imprimía una veracidad indiscutible a sus personajes y su talento lo llevó a conquistar al público cubano que lo recuerda como uno de los actores más entrañables del país.
En Su Propia Guerra su desempeñó fue de altos kilates. Para ser justos la mayoría de los actores que participaron en la serie desplegaron todas sus virtudes actorales, gracias al guión y la dirección, pero Núñez, en la piel de Botaperro, se lució en toda regla.
Interpretó a un policía encubierto que ayudó desde las sombra a Tabo ( Alberto Pujol) en su trabajo en los bajos fondos de la delincuencia. El personaje le vino como anillo al dedo. A lo largo de la serie cada actuación era superior a la anterior hasta que la trama llegó al climax y Botaperro fue el encargado de dar la noticia sobre el paradero del Tabo que fue encontrado poco antes de morir.
El personaje no lo encumbró porque ya estaba en la cima pero sí lo ubicó para siempre en la memoria colectiva de los cubanos de varias generaciones, que todavía agradecen haber disfrutado de las actuaciones magistrales de Rolando Núñez.
