Así llama Todd Farley, periodista de The New York Post a Enrique «Ric» Prado un refugiado cubano que emigró de Cuba, junto a sus padres, cuando apenas tenía 10 años de edad en el año 1962, y que luego se convirtió en miembro de «una familia de ardientes patriotas en Miami,» reseña el medio.
Farley destaca que la llegada de «Ric» Prado a la CIA no fue cosa fácil.
«Inicialmente fue rechazado por la CIA,» dice el periodista que reseña además que todo cambió cuando, la CIA hizo un llamado a buscar agentes de habla hispana para trabajar en América Central.
El por qué fue seleccionado «Ric» para el puesto lo explica The New York Post.
«A finales de la década de 1960, Enrique «Ric» Prado era un alborotador que dirigía una banda local en Miami, conocida como Miami Crowns».
Sin embargo, de ese «puesto» pasó a convertirse en un agente CIA.
«Pero el refugiado cubano también amaba mucho su hogar adoptivo en los Estados Unidos,» destaca el portal que indica cómo, cuando los manifestantes contra la guerra en Vietnam y Corea comenzaron a quemar banderas estadounidenses en el Miami-Dade Junior College, Prado reclutó a su equipo para luchar contra los manifestantes.
«Después de que los Miami Crowns llegaron al campus y atacaron físicamente a los manifestantes antiguerreristas, los hippies se dispersaron. El periódico del campus publicó un artículo sobre los cubanos defendiendo la bandera estadounidense, lo que enorgulleció a Prado,» reseña el medio.
Sería este el inicio entonces de su cambio. El propio Prado, en un libro escrito por él años más tarde, y publicado por la editoria St. Martin Press – titulado: “Black Ops: The Life of a CIA Shadow Warrior”- dice que «defender el país de gente que quería destruirlo» movió algo en lo más profundo de él.
Su familía tenía poderosas razones para ser anticastrista. El gobierno cubano le confiscó a su padre una cafetería; y a su abuelo una gasolinera y una fábrica de cigarros. Eran de clase media y haber sobrevivido a un tiroteo, cuando Enrique «Ric» Prado tenía apenas 7 años de edad, fue lo que los hizo decidirse a emigrar a los EE.UU. en el año 1962.
Primero se rentaron en un apartamento, en la ciudad de Miami. Luego se mudaron a Hialeah.
Fue un buen estudiante en el Miami-Dade Junior College, y luego se enroló en el equipo de paracaidistas de la Fuerza Aérea de EE. UU.
«Recibió entrenamiento de buceo y paracaídas, le enseñaron técnicas de supervivencia y se convirtió en un médico de combate totalmente certificado,» detalla el medio que además reseña cómo, luego de eso, Enrique «Ric» Prado trabajó para los bomberos de Miami-Dade y se unió a la Guardia Nacional para convertirse en Boina Verde.
«Su solicitud para la CIA había sido rechazada, pero la agencia lo llamó en 1981, cuando necesitaban un oficial de habla hispana con habilidades de supervivencia y cojones,» escribe Farley en su artículo.
Entrenó a los contras en la lucha contra los sandinistas en Nicaragua. Luego pasó a África, hasta que se retiró en el año 2004, a raíz de lo sucedido en el 11 de Septiembre del 2001. Enterado de cómo Osama Bin Laden había sido entrenado por la propia CIA, decidió que ya aquella agencia no era la agencia para la cual él había trabajado.
“Fue el liderazgo de nuestra nación el que no estuvo a la altura”, escribió en su libro.
Acumulaba ya entonces sobre sus hombros Enrique «Ric» Prado, cierto resentimiento y rechazo por parte de la CIA. Él estaba dispuesto a dar su vida por el país e ir a cazar al enemigo, pero no fue admitido.
“Cuando tienes pitbulls listos y dispuestos a perseguir a los enemigos de Estados Unidos, solo para ser encadenados en el patio por gerentes obsesionados con su carrera, no puedes ganar una guerra. Solo se prolonga esta”, escribió en sus memorias.
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