Un hecho histórico se confirmó este viernes: la activista y disidente cubana Rosa María Payá fue elegida como nueva comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), postulada por Estados Unidos.
Su elección marca un hito, al tratarse de la primera cubana que accede a este órgano autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), entidad de la que Cuba fue excluida en 1962.
Como era de esperarse, en La Habana no cayó nada bien la noticia. De inmediato, el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) publicó un comunicado oficial donde expresó su profundo descontento y acusó a Washington de imponer a Payá bajo “presiones y chantajes”.
“Durante meses, el Secretario de Estado de los Estados Unidos desató una operación para intentar convertir a una sobresaliente integrante de su nómina de asalariados defensores del bloqueo y de la agresión a Cuba, en experta imparcial en Derechos Humanos”, señala el texto, en referencia directa al senador Marco Rubio, impulsor clave de la candidatura de Payá.
Presiones y chantajes de EEUU imponen a mercenaria en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.
— Cancillería de Cuba (@CubaMINREX) June 27, 2025
📌Comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de #Cuba 🇨🇺.
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El MINREX acusa además que, pese a la supuesta oposición de “numerosos gobiernos de Nuestra América”, la elección se logró por un “estrecho margen”, y califica a la activista como “connotada mercenaria”.
En su argumentación, el régimen también cuestiona la idoneidad profesional de Rosa María Payá, citando a un panel evaluador que —según ellos— habría resaltado su “limitado conocimiento del derecho internacional” y un supuesto “menosprecio por los derechos humanos”.
Sin embargo, el propio informe del Panel Independiente para Evaluar Candidatos a Órganos del SIDH, con sede en la Facultad de Derecho de la Universidad Americana de Washington, ofrece un enfoque más matizado:
“El Panel considera que su experiencia con organizaciones de la sociedad civil le brindará un enfoque desde las víctimas que podría contribuir con la labor de la CIDH. El Panel no identificó algún impedimento que afecte la independencia o imparcialidad de la candidata, de manera tal que la descalifique para ser elegida comisionada de la CIDH”, apunta el informe.
También menciona su participación en varias organizaciones de la sociedad civil, así como su interés en continuar activa en ellas tras asumir el nuevo cargo, lo que pudiera generar una preocupación de acuerdo al Panel.
El comunicado del MINREX culmina con fuertes críticas al Departamento de Estado: “El Secretario de Estado, con su delirante obsesión anticubana y su desprecio hacia Nuestra América, consigue la imposición de una de sus empleadas preferidas paras defender políticas de coerción que son universalmente rechazadas”.
Además, acusan a la CIDH de ser “utilizada en este preciso momento como parte de la campaña inmoral contra la cooperación médica cubana”.
Rosa María Payá es hija del fallecido líder opositor Oswaldo Payá Sardiñas, creador del Proyecto Varela —una iniciativa ciudadana que abogaba por reformas democráticas en la isla— y ganador del Premio Sájarov del Parlamento Europeo.





