Con una foto tomada a punto de abordar el avión, el rapero y activista por los derechos humanos Omar Mena anunció que se ha marchado de la Isla, después de sufrir detenciones arbitrarias y acoso de las autoridades a lo largo de varios años.
El músico contestatario dejó atrás a buena aparte de su familia, incluyendo su madre y su pequeño hijo. “Cuba es algo que siempre dolerá, algo que no sé si dejo un pedazo de mí en ella o me llevo un pedazo de ella en mí (…) otra madre sin un hijo para los próximos festivos, otro hijo sin un padre para un abrazo cuando lo necesite”, escribió en su perfil de Facebook.
Omar Mena, cuyo nombre artístico es El Analista, cuenta con una extensa discografía compuesta por más de una decena de álbumes, desde que comenzó su carrera en la primera década de los 2000. Hasta ahora, residía con su familia en Santa Clara.
En 2020, Omar Mena acaparó titulares por ser censurado después de manifestar su descontento hacia el decreto 349. Desde entonces ha sido detenido y amenazado en varias ocasiones por las autoridades cubanas. En su escrito, lamentó la frecuencia con que ha tenido que despedirse de familiares, amigos y colegas de la música por los mismos motivos.
“Cuba es el país de las despedidas, luego de despedir amigos y dispersarlos por el mundo, hoy me toca decir adiós”, agregó en su publicación, sin revelar el destino geográfico que escogió para retomar su vida.
Para el rapero, abandonar la tierra donde nació es una auténtica derrota. “Siempre se lo he dicho por privado a los amigos, hoy lo confieso públicamente, me voy derrotado, pero consciente de que solo no era tarea mía, atrás dejo todo, mis recuerdos, el barrio, mi casa, que tuve que vender (como tantos) para partir, sintiendo que vendí mi vida con ella, el recuerdo de mi niñez, los primeros pasos de mis hijos, en fin todo, no es una situación cómoda”.
De paso, el artista aprovechó para agradecer a las personas de su barrio que lo ayudaron mientras fue víctima de asedio policial a lo largo de los años. “Gracias a la gente que en esos interminables días me llevaban suministro, me prestaban los teléfonos para llamar, y se mantuvieron siempre al lado, viendo solo al niño que vieron crecer”.
Mena concluyó su mensaje con unas palabras de esperanza: “Hasta pronto, Cuba, sé que quiero morir en mi tierra y que regresaré cuando sea libre, que será más pronto que tarde. A todos los que esperaban más de mí, disculpas, a los que me entienden, gracias, entrego mi futuro a las manos de Dios. Que viva Cuba libre”.
