La prensa mexicana especialmente la del estado de Yucatán prestó especial atención este último fin de semana a la presencia del ligamayorista cubano naturalizado mexicano Randy Arozarena en encuentros de béisbol y fútbol con personas privadas de la libertad.
El pinareño, actualmente en la plantilla de los Marineros de Seattle, acudió el sábado al Centro de reinserción social de Mérida, conocido por las siglas CERESO, acompañado de su coterráneo Yorman Licourt , firmado en 2024 por los Azulejos de Toronto, y del yucateco Juan Pablo Cabrera, de los Cardenales de San Luis.
Licourt se había radicado en México tras salir de Cuba en 2023 tras jugar con Vegueros en la Serie Nacional.Ellos llegaron al centro penitenciario junto integrantes de la Carlos Thompson Entrerprise Academy y el equipo “Amigos de Randy” consignó el medio local «Cambio 22»
Al saludar a sus contrincantes, “Los Bravos del CERESO”, Arozarena les dijo: «hoy les voy a ganar,» lo que generó las risas entre los asistentes. Y así ocurrió pues el juego terminó 7×0 por los visitantes. Durante el partido Arozarena disfrutó a sus anchas y además de demostrar sus habilidades como bateador también se dio la oportunidad de pitchear y ponchar a algunos rivales, así como jugar en el campo corto.
En las Grandes Ligas el cubano – mexicano lo hace en los jardines. Yucatán tiene un gran significado para él. Cuando escapó de la isla en 2015 vía marítima, llegó a ese estado donde vivió y reinició su vida como beisbolista tras hacerlo en su natal Pinar del Río en la Serie Nacional. Firmado por el béisbol estadounidense, jugó con los Cardenales, los Rays de Tampa y ahora con Seattle.
En 2022 se convirtió en ciudadano mexicano y se transformó en la gran estrella de México en el Clásico Mundial de las Grandes Ligas de 2023. Antes había jugado en la selección nacional cubana en la Copa Mundial sub 18 de Taichung, Taiwán, en 2013.
De la mano de Arozarena, México logró su mejor faena histórica en los Clásicos Mundiales con el bronce en las finales de Miami. Desde entonces se convirtió en un nuevo ídolo deportivo para los aficionados mexicanos entre ellos el entonces gobernante Andrés Manuel López Obrador quien nunca, como era de esperar, lo criticó como un «desertor» del deporte cubano pese a su afinidad ideológica con el gobierno comunista cubano.
Arozarena, 29 años, oriundo de Arroyos de Mantua, la ciudad más occidental de Cuba y más cerca de Yucatán, fue Novato del Año de la Liga Americana en 2021, y MVP de la Serie de Campeonato y Premio Babe Ruth en 2020.
Antes de retirarse del campo tras el encuentro con los Bravos del Cereso, Randy pidió un balón de fútbol.
En esta ocasión la suerte no estuvo de su lado y su equipo perdió con marcador de 6 a 4, sin embargo tuvo la oportunidad de tirar un penal que resultó en una anotación para su plantel. Jugó descalzo según se aprecia en las fotos. El fútbol fue el deporte que originalmente Arozarena practicó en su ciudad natal, contrario a su hermano Raiko, que empezó con el béisbol y es hoy el portero principal de la selección cubana de balompié mientras se desempeña en la segunda liga estadounidense con buenas perspectivas de ascender a la Major League Soccer (MLS).
El director del centro de readaptación social Francisco Javier Brito agradeció a Arozarena su asistencia, «que infunde ánimos a las personas que se encuentran cumpliendo una sentencia».
Hace tres semanas Arozarena sostuvo un encuentro en Quintana Roo con las famosas softbolistas «Diablillas Mestizas» y con ellas también jugó descalzo. Ellas juegan sin zapatos y con Huipil, el vestido tradicional de los indígenas y mestizos de la parte del sur de México y Centroamérica.