Las expectativas de los norteamericanos se dividen entre quienes ven en el retorno de Trump la oportunidad de recuperar la estabilidad económica y quienes temen un retroceso en materia de derechos y diplomacia.
El reciente triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024 ha generado una ola de expectativas y reacciones tanto en Estados Unidos como a nivel global. Su retorno a la Casa Blanca viene cargado de promesas de cambio drástico, que van desde la deportación masiva de inmigrantes hasta una política exterior aislacionista y la imposición de nuevos aranceles. Este artículo analiza lo que esperan los norteamericanos y cómo el impacto de su victoria ya comienza a sentirse.
No hay dudas de que el punto clave que prácticamente selló su victoria en las urnas fue el fallido atentado – el primero – del cual fue objeto el republicano.
Sobre este hecho, ocurrido el 13 de julio durante su mitin en Butler, Pensilvania, Trump dijo que mucha gente le ha comentado que fue una intervención divina.
«Dios me salvó la vida por una razón, y esa razón fue salvar a nuestro país y devolverle la grandeza a Estados Unidos. Y ahora vamos a cumplir esa misión juntos», expresó Trump durante un mitin en West Palm Beach, Florida.
DIVINE INTERVENTION: Donald Trump says "God spared my life for a reason" after two assassination attempts in his first message to Americans as FOX News projects him to win the presidency. pic.twitter.com/nm7XxrtiOn
— Fox News (@FoxNews) November 6, 2024
«La tarea que tenemos por delante no será fácil, pero pondré cada gramo de energía, espíritu y lucha que tengo en mi alma en el trabajo que me han confiado», agregó.
El mandatario no hizo mención al 2do atentado, fallido desde el inicio, cuando los agentes del Servicio Secreto detectaron a un hombre entre los arbustos apuntando con el cañón de un AK-47 a través de una cerca de alambre cerca de un club de golf en West Palm Beach, el 15 de septiembre pasado.
Mística y Servicio Secreto aparte, lo que hay es que esperar y confiar en que en este 2do mandato, Trump no repita los errores cometidos en el primero.
Pero, ¿qué se espera de él?
Los Planes para un Segundo Mandato
Durante su campaña, Donald Trump delineó una agenda ambiciosa que retoma algunas de sus políticas de 2016, pero con un enfoque más radical.
Una de las promesas centrales es la implementación del “mayor programa de deportación masiva” en la historia del país, involucrando a la Guardia Nacional y a las fuerzas de seguridad locales para arrestar a inmigrantes indocumentados.
Incluso prometió un arancel del 25% a los productos que México exporta hacia los EE.UU. si la nueva presidenta de México, no hace méritos para impedir la entrada de criminales a territorio norteño a través de su frontera; aunque es muy probable que por carambola, caigan todos – los migrantes, buenos y malos – en el mismo saco.
También busca restringir tanto la migración irregular como la regular, con medidas como la eliminación del derecho a la ciudadanía por nacimiento y un veto de entrada a ciudadanos de ciertos países de mayoría musulmana.
En cuanto a política exterior, Trump ha enfatizado una postura aislacionista y proteccionista, inspirada en la máxima de Ronald Reagan: “Paz a través de la fuerza”.
Ha declarado su intención de poner fin a conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania y la situación en Gaza, sin detallar cómo lo lograría. Además, ha elogiado a líderes como Viktor Orbán y Vladímir Putin, mientras critica a la OTAN y otras alianzas tradicionales.
No hay dudas de que tras su triunfo hubo reacciones económicas inmediatas. Casi siempre sucede así, cuando el hastío por los errores y defectos anteriores generan expectativas positivas con la llegada de «el nuevo jefe». Sucede así en la vida real, en centros de trabajos y también en la política. Sobre todo en la norteña.
La victoria de Trump generó un impacto inmediato en Wall Street, con los principales índices bursátiles alcanzando máximos históricos. El Dow Jones subió un 3,10% en los primeros diez minutos de la apertura, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq avanzaron un 2,08% y un 2,28% respectivamente. Estas cifras reflejan el optimismo de los inversores que ven en la administración de Trump una oportunidad para un crecimiento económico impulsado por recortes de impuestos y aranceles proteccionistas.
El sector financiero se destacó con alzas notables, incluyendo un 11,68% para Goldman Sachs y un 8,6% para JPMorgan Chase. Sin embargo, no todos los sectores se vieron beneficiados: el inmobiliario y el de bienes esenciales mostraron caídas del 1,9% y 1%, respectivamente. El dólar también se fortalecía, alcanzando niveles no vistos desde julio, en medio de expectativas de aranceles que podrían beneficiar la economía interna. El rendimiento del Tesoro a 10 años avanzó a aproximadamente un 4,453%, y el bitcoin alcanzó un máximo histórico de 75.000 dólares.
Empresas como Tesla – no olvidemos que Musk y Trump tienen (hasta ahora) excelentes relaciones – experimentaron aumentos en sus acciones de hasta el 14%, y Trump Media, la empresa matriz de Truth Social, registró un crecimiento del 12%.
Musk, quien lo apoyó durante la campaña, se encontraba de hecho presente durante el discurso de victoria, donde Trump reafirmó su compromiso de “poner a Estados Unidos en primer lugar”.
“El éxito nos va a unir, y vamos a empezar poniendo a Estados Unidos en primer lugar. No los defraudaré”, declaró Trump ante una multitud entusiasta.
En el discurso, Trump prometió gobernar para todos los estadounidenses y trabajar en conjunto para alcanzar un “Estados Unidos mejor”.
Aunque reiteró su plan de sellar la frontera y deportar a indocumentados, Trump también mostró un tono más conciliador al sugerir que permitiría el regreso de inmigrantes “de manera legal”.
Sus palabras sobre la unidad y el fin de las divisiones fueron bien recibidas por sus seguidores, que vieron en él a un líder capaz de restaurar lo que consideran la “grandeza de Estados Unidos”.
Trump calificó su victoria como “el movimiento político más grande” de la historia del país y prometió una “era dorada”.
Sin embargo, más allá del optimismo, hay sectores vulnerables, como las comunidades inmigrantes y los defensores de derechos civiles, que temen las implicaciones de sus propuestas.
A pesar de esto, su pasado y sus polémicas, Trump ha demostrado una capacidad de resistencia notable ante escándalos y desafíos legales, y eso siempre va a causar admiración y «dudas» entre la gente que presume siempre que hay algo más allá de todo lo malo. Pueblos «creyentes» que, deducen o intuyen que si este hombre ha pasado por todo esto y lo ha superado, es porque un plan – del más allá o en el más acá – existe.
Su regreso al poder, respaldado por una base sólida y el control del Senado, plantea un escenario donde podrá avanzar con una agenda más ambiciosa y sin las limitaciones que enfrentó en su primer mandato. Tiene además la posibilidad de tener mayoría en el Congreso; y por si fuera poco, la mayoría de los gobernadores en los estados, también son del partido republicano.
Con el control del Senado y la posibilidad de dominar la Cámara de Representantes, se espera que tenga un margen amplio para ejecutar sus propuestas y que su segundo mandato de Trump traiga cambios significativos en diversas áreas, desde la economía y el medio ambiente hasta la política exterior.
Las expectativas de los norteamericanos se dividen entre quienes ven en su retorno la oportunidad de recuperar la estabilidad y quienes temen un retroceso en materia de derechos y diplomacia.
Mientras Trump promete “arreglar” al país y llevarlo a una nueva era de prosperidad, el resto del mundo observa cómo el impacto de su política exterior y comercial se hará sentir más allá de las fronteras estadounidenses.
tal vez quieras leer: Huracán Rafael provoca graves estragos en Cuba