Aquellos cubanos que no viajan a Nicaragua, y que presuntamente vivían en Venezuela, Colombia o habrían llegado procedente de Surinam o Guyana, cruzaron en cifras superior a las dos mil almas y cuatro mil piernas, la selva del Darién entre enero y mayo de este año 2022.
Es decir: más de 2 mil cubanos, no provenientes de «La Ruta de los Volcanes», cruzaron el Darién para continuar viaje a Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, con la mirilla puesta en la frontera méxico-estadounidense y el llamado «sueño americano».
El reporte de aquellos que, presuntamente en masa se asentarán en la ciudad de Miami, se completa con otros detalles.
Cuba ocupa la tercera posición en la lista de países cuyos nacionales usan esta ruta migratoria para llegar a Estados Unidos; solo por detrás de Venezuela con 16,720 migrantes reportados y de Haití, con 2,978. Los haitianos, en su inmensa mayoría provienen de Brasil, país al cual llegaron como mano de obra barata para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pero que agravada la situación y finalizado el trabajo, decidieron quedarse, primero, para luego emprender el camino hacia el Norte.
Según las cifras oficiales, publicadas en un informe sobre el Movimiento Migratorio Mensual de Viajeros por la República de Panamá, en los Puestos de Control Migratorio (PCM) se registró el control de paso de 1,892,914 personas entre enero y mayo. De esa cifra, 32 797 eran migrantes irregulares; 2 mil 143 eran cubanos.
La cifra se desglosa de la siguiente manera. En enero, 367 cubanos cruzaron la Selva del Darién; en febrero 334; en marzo 361; en abril 514 y en mayo, llama la atención este detalle, fueron 567.
La Selva del Darién o Tapón del Darién como también se le conoce, está considerada como la Selva más peligrosa del mundo, o al menos una de las tres más peligrosas. Sin embargo, se ha convertido, a pesar de lo inhóspito e intransitable en paso obligado de una ruta que, a partir de la crisis económica del 2008, fue utilizada cada vez más por migrantes latinoamericanos y centroaméricanos imposibilitados de llegar por vía aérea a los EE.UU.
Más de veinte cubanos han perdido su vida allí, entre montañas, valles, ríos y pura selva. Algunos cadáveres pudieron ser repatriados a la isla, los menos; otros, quedaron allí, presumiblemente enterrados. Otros, descompuestos a la intemperie. Sin nombre.
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