El «jinetero oficial» Alex Pausides, un hombre al que sus amigos y amistades «de antaño» le recuerdan a cada rato que se casó con Aitana Alberti, la hija del poeta español Rafael Alberti, para poder sacar a toda su familia del país cuando llegó la dura crisis de los años 90, ha salido en Facebook otra vez a enarbolar «su verbo valiente» y ha dicho, entre otras cosas, que si tiene que subir a la Sierra a pelear por defender el socialismo lo haría.
Lo curioso de todo esto es que Alex Pausides tiene 71 años y a duras penas puede subir un tercer piso por unas escaleras. Bien que se lo ha recordado un internauta: él, no tira ni un gargajo.
De hecho, muchos le reconocen ese oportunismo suyo, siempre a prueba de balas; ese constante deseo de permanecer en bajo perfil para que nadie lo arañe, y ese presumir de ser «el jefe de los poetas cubanos», cuando la triste realidad es que su poesía es más que pésima; y de él solo se reconoce que «no se mete en nada» y que siempre quiere estar «en paz con todos». Tanto, que algunos lamentan esta nueva postura dizque revolucionaria que ha asumido Alex Pausides desde el 27 de noviembre, cuando saltó de su triste silla para revelarse más revolucionario que nadie.
Por supuesto, algunos acólitos, escritorzuelos que no quieren ponerse en malas con él para ver publicados sus libros y ser invitados a fiestecillas con bebida y picaíto, en la cual puedan satisfacer el apetito y así estirar un poco más el picadillo de soya que tienen en el refrigerador de la casa, le han lanzado loas y han dicho que subirán a la Sierra con él. Al seguro, de esos, 4 o 5 se quedarán sin resuello en la primera loma, y se tirarán a la vera preguntándose quién los mandó a seguirle la corriente a Pausides, a quien en su casa de 5ta y 92, en Miramar, le sobra la comida, y la buena bebida.
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Allí vive este «hombre de pueblo» que se hace llamar «humilde». En 5ta y 92. Y no precisamente en un pasaje o en una cuartería; ni en nada que se parezca a uno de esos verdaderos humildes bohíos en la Sierra Maestra, a dónde dice él que irá si la caña comunista se le pone a tres trozos.
