La pesadilla de los retrasos en la pista, convirtió en un infierno la experiencia de estos pasajeros.
En un incidente reciente que conmocionó al mundo, los pasajeros de un vuelo de British Airways se mantuvieron en la pista del Aeropuerto Internacional de Orlando durante más de siete horas y media debido a las severas condiciones climáticas. El avión, que fue desviado de Miami a Orlando debido al clima adverso, enfrentó problemas adicionales para encontrar una puerta que pudiera acomodar el vuelo internacional de dos pisos.
Los pasajeros describieron la experiencia como una «pesadilla», con personas tendidas en el suelo tratando de dormir y niños llorando.
«Siento que estoy siendo rehén en un avión. Quiero decir, el aeropuerto está justo ahí. Si no puedes conseguir una puerta, trae una escalera móvil, algo para sacarnos de este avión», dijo Leslie Schlotfeld, un pasajero que se encontraba en el vuelo, según cita la agencia Fox News.
Si bien el Departamento de Transporte de EE. UU. prohíbe a las aerolíneas permitir que los vuelos nacionales permanezcan en la pista durante más de tres horas y los vuelos internacionales durante más de cuatro horas, se hacen excepciones en caso de mal tiempo.
Esto, sin embargo, ha generado críticas por parte de grupos de defensa de los consumidores como la Liga Nacional de Consumidores, que argumentan que dichos retrasos suelen estar fuera del control de los pasajeros, quienes tienen pocos recursos cuando ocurren.
Se recomienda que los pasajeros que se encuentren en tales situaciones informen el incidente al Departamento de Transporte. Si se descubre que la aerolínea está equivocada, la agencia puede responsabilizarlos. Los pasajeros también pueden ponerse en contacto con la aerolínea para obtener una posible compensación, como millas o dinero en efectivo.
Tales incidentes, aunque poco frecuentes, no son inauditos. Otros ejemplos de demoras prolongadas en la pista han aparecido en los titulares en el pasado, con pasajeros que soportan largas esperas debido a una variedad de razones, como problemas técnicos, condiciones climáticas o congestión en el aeropuerto.
Una mirada más cercana a los impactos y las implicaciones de estar tanto tiempo encerrado en un avión
Los efectos de estar retenido en un espacio confinado como un avión durante períodos prolongados no solo son frustrantes, sino también potencialmente dañinos para la salud.
Según los expertos en salud, la inmovilidad prolongada puede provocar condiciones como la trombosis venosa profunda (TVP), mientras que el estrés y la ansiedad de la experiencia pueden tener un impacto psicológico significativo.
Existen varios factores que pueden afectar a los pasajeros de aviones y terminales aéreas durante largos períodos de espera o inmovilidad. Aquí están algunos de los puntos clave:
Estrés y ansiedad en los aeropuertos y aviones: Un estudio de la Universidad de Florida Atlantic y la Universidad de Florida Gulf Coast sugiere que las aerolíneas y los aeropuertos deben hacer más para ayudar a los pasajeros a lidiar con el estrés. El estudio encontró que las personas con trabajos más estresantes tienden a experimentar mayores niveles de estrés antes de la salida y después del regreso del vuelo.
Los jóvenes tienden a ser más sensibles a los eventos adversos en la salida, mientras que los viajeros mayores se estresan por los comportamientos desagradables de otros pasajeros al regresar. Las personas que viajan con frecuencia son más resilientes a los eventos adversos, pero encuentran menos tolerables las perturbaciones sociales y las entregas de servicios aéreos insatisfactorias.
Inmovilidad prolongada en los aviones: La inmovilidad prolongada, especialmente cuando se está sentado, puede provocar un estancamiento de la sangre en las piernas, lo que a su vez provoca hinchazón, rigidez y molestias. Esta inmovilidad es uno de los factores que pueden provocar el desarrollo de un coágulo de sangre en una vena profunda, conocido como «trombosis venosa profunda» o TVP, se lee por por otra parte en el portal Aviación al Día.
Presión de aire y humedad en la cabina: La presión de aire en la cabina durante el vuelo es más baja que la presión del aire a nivel del mar, lo que puede afectar a las personas con ciertas afecciones médicas, como enfermedades del corazón y del pulmón, y afecciones de la sangre como la anemia. Además, la humedad relativa en las cabinas de los aviones es baja, lo que puede provocar sequedad de la piel y molestias en ojos, boca y nariz.
Por todo lo dicho anteriormente es razonable suponer que las demoras prolongadas podrían exacerbar los efectos del estrés y la inmovilidad prolongada que se mencionan en los estudios citados.
Es posible que algunas personas experimenten sensaciones similares a la claustrofobia durante los viajes en avión, especialmente durante los largos retrasos en los que los pasajeros deben permanecer en la aeronave. La claustrofobia es un trastorno de ansiedad en el que las personas experimentan miedo y angustia en espacios cerrados o en situaciones en las que se sienten atrapadas o no tienen una salida fácil.
Los síntomas de la claustrofobia pueden incluir:
- Sentimientos de miedo o pánico.
- Sensación de asfixia o dificultad para respirar.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Sudoración.
- Temblores.
- Náuseas.
- Mareos.
Si bien los aviones y las terminales aéreas no son típicamente espacios pequeños, las restricciones de movimiento y la sensación de estar atrapado durante las demoras pueden desencadenar estos síntomas en las personas que son propensas a la claustrofobia. Es importante señalar que estas experiencias pueden ser muy individualizadas y variar de una persona a otra.
Si alguien tiene claustrofobia o sospecha que podría tenerla, es recomendable que busque asesoramiento profesional. Existen diferentes técnicas y tratamientos, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que pueden ser efectivos para manejar la claustrofobia. En algunos casos, un médico también puede recetar medicamentos para ayudar a gestionar los síntomas de ansiedad.
Se recomienda que las personas que puedan verse afectadas por estos problemas consulten a un profesional de la salud antes de viajar, especialmente si tienen una condición médica existente o han tenido recientemente procedimientos médicos.
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