Periodista cubano se queja del Meliá Internacional de Varadero

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Un periodista cubano que se llegó hasta el hotel Meliá Internacional de Varadero para disfrutar de sano esparcimiento resume lo que encontró allí de esta manera: turismo de vaso plástico y musicanga.

Asegura que la playa es lo único que salva «la sorprendente mala calidad en la gestión de este hotel 5 estrellas, que se anuncia como lujoso» y la experiencia «sufrida» fue tan mala que «esta primera vez me hace dudar de si sería capaz de repetir.»

En el Meliá Internacional de Varadero enfrentó trabas a la hora de pagar, en la reservación. Por si fuera poco le tocó sufrir la «pésima calidad de la comida en general» y también unas «dudosas presentaciones en «actividades» extras como el día de la comida criolla».

«Sinceramente, daba grima. «Parrillada» de muslos de pollo crudos por dentro, pan con ¿lechón?, más parecido a un ripio de atún mal hecho con manteca de puerco que al preciado «mamífero nacional», servidos frío en «platos» de cartón de taper desechables para llevar, partidos a la mitad con cuchara de plástico (…)», relata este cubano.

Señala que al momento de pedir un cuchillo, que no había, el camarero del Meliá Internacional de Varadero les dijo:

«La cuchara tiene filo».

Y como necesitaban sal y no salía por los orificios del salero, la camarera, muerta de la risa les sugirió:

«(…) quita el tapón del culo, que si no te la da por delante, te la da por detrás.»

Excesiva confianza del personal del Meliá Internacional de Varadero, indagando por relaciones y parentescos entre él y quienes le acompañaban. Al parecer algún trabajador quería «ligar» con alguien… sin mencionar el hecho de que se aparecieron en un restaurante por reservación y les dijeron NO, y les tiraron la puerta en la cara.

La animación en la piscina era pura bulla, «que no deja disfrutar de cierta tranquilidad que uno suponía encontrar.»

Como resultado, tuvieron que divertirse con «esa algarabía de alto parlantes con sonidos de sirenas del tipo toque de queda de la segunda guerra mundial y Reguetón del peor con gestos»sensuales» del animador a base de ‘cintureo’ erótico incluidos delante de muchos niños.»

El cubano terminó su post sobre el Meliá Internacional de Varadero sugiriendo:

«Primero conozcan Cuba y después, véndanla. Pero con respeto, por favor. Gracias a la ínfima parte de los empleados que tuvieron a bien ayudarnos a pasar mejor por debajo de la estrellada, y más que bien pagada, expectativa para la que te prepara tan engañosa publicidad.»

Sobre esta denuncia opinó otro periodista cubano, más mediático y conocido: Ernesto Ruiz Ramos:

«He leído con detenimiento estos apuntes de Luis O. Deulofeu Calle, un periodista de mi curso, un amigo, escritor, realizador de audiovisuales, con una formación muy amplia y quien decidió en un momento muy oportuno de su vida dedicarse al trabajo duro en su comunidad de Viñales para promover la región e impulsar el turismo tambien desde el emprendimiento personal. Esto no es una exposición de su currículum, sino una argumentación que sustenta su analisis sobre los servicios en ese hotel de tanta promoción internacional.»

Y se preguntó:

«¿Será que esa mediocridad se adueña de nuestro entorno para siempre y en todos los niveles? Siento vergüenza al leer los detalles que sí se repiten a nuestro alrededor, lamentablemente cada vez con más frecuencia,» terminó diciendo el periodista cubano sobre la experiencia sufrida por su colega.

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