Como muchos conocen, la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba cerró su última sesión del año este miércoles con un desfile de informes que, como de costumbre, prometen mucho pero dejan poco. Varios parlamentarios y ministros cubanos se reunieron, y las «proyecciones» oficiales se quedaron en palabras, mientras los cubanos siguen esperando soluciones reales.
Sí amigos, lo dicho este miércoles en el Parlamento por el primer ministro, Manuel Marrero, referente a la entrada en vigor de un nuevo régimen cambiario en la isla, no fue lo único que se dijo, sino que más bien forma parte de un «paquete de propuestas», que de nuevas no tienen nada y de buenas tampoco.
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Con discursos cargados de optimismo oficialista, los ministros expusieron sus planes para 2025, destacándose, además de la «nueva tasa cambiaria más flexible», el presupuesto estatal, los peajes en las carreteras y el sistema eléctrico, tres temas que evidencian la continuación de una gestión marcada por los rezagos y la falta de resultados tangibles.
Un presupuesto lleno de cifras pero falto de soluciones
El ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, presentó el presupuesto estatal para 2025, anunciando que el 71% de los recursos se destinarán a salud, educación, asistencia social, cultura y deporte.
Aunque estas cifras suenan alentadoras, economistas como Pedro Monreal, citado por Diario de Cuba, alertaron que la mayor parte de estos fondos no representarán mejoras reales debido a la inflación y a la contracción de salarios y pensiones. Por ejemplo, el presupuesto para asistencia social apenas alcanza para cubrir a las 339.754 personas en situación de vulnerabilidad, un dato que demuestra su insuficiencia.
Regueiro también anunció subidas salariales en sectores como la salud y la educación, con un salario medio planificado de 6.276 pesos, cifra que, en un contexto de hiperinflación, se diluye como agua entre los dedos. Además, destacó la implementación de nuevos ajustes tributarios, que probablemente terminen cargando a los mismos contribuyentes que ya enfrentan dificultades para llegar a fin de mes.
Peajes y promesas vacías en las carreteras
El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, no se quedó atrás en la lluvia de anuncios, y propuso la instalación de nuevos puntos de peaje en rutas clave, como el corredor turístico Habana-Matanzas y la carretera Holguín-Guardalavaca, para recaudar fondos destinados a la rehabilitación de las deterioradas carreteras del país.
Fue ahí donde expuso «los avances» en este ámbito, los cuales brillan por su ausencia: solo se ha colocado el 21% del hormigón asfáltico planificado para 2024.
Rodríguez también admitió que el transporte público trasladó un 31.4% menos de pasajeros en 2024 respecto al año anterior, un retroceso que evidencia la incapacidad del Gobierno para resolver problemas básicos de movilidad.
A pesar de ello, el ministro prometió visitar todos los municipios en 2025 para «diseñar estrategias» que ya deberían estar en marcha.
La energía: el eterno talón de Aquiles
El sistema eléctrico cubano, uno de los temas más sensibles, también estuvo en la agenda, reseña el oficialista Cubadebate.
Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, presentó un plan gubernamental para recuperar el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) que incluye la rehabilitación de redes, la generación de energías renovables y la mejora de grupos electrógenos.
Aunque se anunciaron avances, como la llegada de repuestos y la recuperación de megavatios, el plan no promete eliminar los apagones hasta 2026, dejando a los cubanos con la perspectiva de dos años más de penurias energéticas.
Entre las medidas presentadas, se destacó la instalación de 120 MW en parques solares fotovoltaicos gracias a un donativo de China, pero esto apenas representa un paliativo frente a la demanda real. Además, el ministro admitió que el país sigue dependiendo de su propio crudo y gas, recursos insuficientes para cubrir las necesidades energéticas.