Muchos temen que la huelga de hambre del líder del Movimiento San Isidro pase factura a su salud
Han pasado casi tres meses del arresto del artista Luis Manuel Otero Alcántara, y hoy lleva ya diez días en huelga de hambre.
La familia y los más cercanos a Luis Manuel no saben nada de él desde el pasado 21 de septiembre, tal como aseguraba a Diario de Cuba la curadora de arte Claudia Genlui: «El martes 21 fue la última llamada que recibí de él y aparte de eso no me he vuelto a comunicar con él».
Genlui, que es la pareja del líder del Movimiento San Isidro, aclaraba además: «Él no me ha podido volver a llamar, no sé en qué estado está, no he escuchado su voz y ninguna autoridad se ha comunicado conmigo».
En recientes declaraciones al medio independiente ADNCuba, Claudia contaba detalles de la llamada que había recibido de alguien que tenía comunicación con los reclusos de la prisión de Guanajay. A Otero Alcántara -según esta fuente- lo tienen en una celda cerca de la enfermería; su estado ha empeorado y ha perdido mucho peso.
Hace apenas dos días un artículo de opinión de Javier Prada en Cubanet alertaba: «Tristemente, Luisma ha pasado de moda. Ni la glamourosa distinción de la revista TIME, ni las nominaciones del tema Patria y Vida al Grammy Latino han conseguido mover la opinión pública en interés de un artista esencialmente político que se marchita en otra huelga de hambre a la que nunca debió haber llegado.La oposición, los medios extranjeros y hasta el barrio de San Isidro, que ha sido blanco del grosero populismo de Díaz-Canel, han olvidado que el escenario político nacional se movió casi 180 grados gracias al activismo de Luis Manuel».
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