WSVN nos trae otra vez la historia del cubano Orlando Capote
Orlando Capote es un cubano dueño de una casa en Coral Gables, Florida, que se encuentra en medio de The Plaza Coral Gables, un nuevo desarrollo de lujo que incluye tiendas y condominios.
La casa del cubano Orlando Capote está rodeada de estacionamientos de gran altura y otros edificios que conforman el desarrollo, practicamente engulléndolo.
Orlando Capote, por donde quiera que mira lo que ve es paredes y paredes de enormes edificios.
Pero, ¿quién es este cubano? ¿Por qué su casa está en medio de un «condominio» que le ha quitado toda iluminación?
Su historia es harto conocida en Miami. Orlando Capote es el cubano que rechazó ofertas millonarias para ceder el terreno de su propiedad. El cubano que se negó a que le destruyeran la casa que heredó de su madre.
¿Un cubano testarudo o un cubano con un enorme concepto de lo que es el amor materno?
A pesar del enorme desarrollo que lo rodea, Capote se ha negado a vender su casa, que heredó de sus padres, quienes la compraron en la década de 1980 después de mudarse de Cuba.
Orlando Capote ha dicho que esta casa representa la conquista del sueño americano por parte de su familia y rechazó todas las ofertas de venta que le hicieron.
La ciudad de Coral Gables y los desarrolladores de Plaza Coral Gables afirman que a Capote se le ofrecieron alternativas, incluida la compra de su propiedad, que rechazó.
Capote ha señalado desde los escombros de construcción en su propiedad hasta su molestia por el ajetreo y el bullicio del desarrollo, que incluye la apertura de un bar cantina al lado de su casa.
Por si fuera poco, este cubano ya no puede ejercer su vieja afición a la astronomía, ya que el desarrollo del edificio le bloquea prácticamente todo el cielo.
Sin embargo, a pesar de los cambios en su vecindario, a pesar de los cambios impuestos a su vida, el cubano Orlando Capote se mantiene firme en quedarse en su casa. No la vende. Y de ahí, no pueden sacarlo.
Su historia bien que serviría para el guión de una película.
Capote insiste en que no va a renunciar a su casa.
«No vender y no moverme no da derecho a la ciudad a aprobar un desarrollo que viola numerosos códigos de la ciudad y del condado, así como la ley estatal, que existen para proteger la seguridad y los derechos legales de un propietario», dijo Capote cuando empezó toda esta odisea.
«Quizás pensaron, ‘cuando este tipo vea lo que le vamos a hacer, se irá’. Bueno, no me he ido y no tengo la intención de irme».
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