Un caso que parece sacado de un guión de película sorprendió a todo Miami-Dade: una mujer prisionera quedó embarazada de otro recluso con quien nunca se encontró físicamente. Esta historia extraordinaria, que ha dado la vuelta al mundo, ocurrió en el Centro Correccional Turner Guilford Knight (TGK).
Daisy Link, de 29 años, se encontraba en prisión preventiva acusada de asesinato en segundo grado. En junio pasado, dio a luz a una niña que ella misma describe como su «bebé milagro». Lo increíble no solo es la llegada de su hija, sino que las pruebas de ADN revelaron que el padre es Joan Depaz, otro interno de la misma prisión, también acusado de asesinato. Sin embargo, ambos confirman que jamás han estado juntos en persona.
El ingenioso «milagro» a través de los conductos de aire
El romance entre Link y Depaz comenzó de manera inusual: a través de los conductos de aire acondicionado de sus celdas. Según narraron, usaban estos canales para hablar, intercambiar notas y fotografías. Lo que empezó como un simple pasatiempo en aislamiento, pronto se transformó en una conexión emocional.
“Pasábamos horas hablando como si estuviéramos en la misma habitación”, relató Link. En medio de estas conversaciones, Depaz confesó su sueño de tener un hijo, a lo que ella accedió. Así nació un plan que, según Depaz, “quedará en la historia”.
Utilizando materiales de cama para crear un «sistema de cuerdas», Depaz enviaba semen envuelto en plástico por los conductos de ventilación. Link lo recogía y lo utilizaba con un aplicador de infecciones vaginales. Aunque el procedimiento suena como una hazaña imposible, la ciencia dice que no lo es.
El Dr. Fernando Akerman, director del Centro de Fertilidad de Miami, confirmó que aunque las probabilidades de éxito eran menores al 5%, no eran nulas. Y efectivamente, tras varios intentos, Link quedó embarazada.
El futuro de la «bebé milagro»
La niña, nacida el 19 de junio, ahora vive con la madre de Depaz, quien está encantada de ser abuela. Mientras tanto, los padres continúan en contacto por teléfono y videollamadas desde diferentes prisiones.
Este caso no solo es un hito insólito en la historia carcelaria, dice WSVN, sino que también ha generado cuestionamientos sobre los sistemas de seguridad y vigilancia en las prisiones de Miami-Dade. Actualmente, las autoridades están llevando a cabo una investigación interna para determinar cómo se pudo llevar a cabo algo tan inusual bajo su supervisión.
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