Luego de dos semanas sin salir ante sus residentes, un hecho que achacó a la solidaridad con su esposa, paciente de cáncer bajo tratamiento, el gobernador de la Florida realizó su primer acto público importante del año, al anunciar que se enviará 1 millón de pruebas de COVID directamente a los hogares de ancianos y personas mayores.
Solo un detalle: la Florida tiene 21,48 millones de habitantes.
El anuncio de DeSantis y también el de su controvertido asesor de salud, el Dr. Joseph Ladapo, Cirujano General de Florida hecho a principios de semana, no es siquiera lo mejor que pudo haber hecho el gobernador.
Todavía uno se asombra de cómo aún DeSantis tiene seguidores y gente que se le para al lado a escucharle decir cosas así, cuando uno esperaría anuncios más eficaces como: imposición del uso de mascarillas en todos los lugares y cancelación de actividades no esenciales. Eso, al menos.
Pero, pedirle eso a DeSantis y creer que su consejero se lo va a sugerir es pedirle peras al olmo. DeSantis va contra toda lógica y al seguro. Lejos de prevenir, instó a los residentes sanos de Florida a no salir corriendo y hacerse la prueba que, salvando las distancias, es como la aspiración que hiciera Díaz-Canel, en Cuba, en días pasados, cuando anunció que harían una campaña de concientización entre los productores agrícolas en la isla para bajar los precios de los alimentos.
Ya lo decía… salvando las distancias. Pero la «inteligencia» de algunos es muy similar.
Ya el daño está hecho – dice el refrán – y el anuncio de DeSantis de que la Florida enviará 1 millón de pruebas de COVID-19 en el hogar a hogares de ancianos e instalaciones de atención a largo plazo para personas mayores, es como enviarle una pastilla para el dolor de cabeza al que estuvo 12 horas bajo el Sol.
El anuncio lo hizo el pésimo gobernador en un centro de rehabilitación en West Palm Beach, donde se unieron a él el Cirujano General de Florida, Dr. Joseph Ladapo, el Director de Manejo de Emergencias de Florida Kevin Guthrie y Simone Marstiller, la secretaria de la Agencia para la Administración de la Atención Médica.
Las pruebas autoadministradas se comenzaron a enviar a partir de ayer jueves todos los hogares de ancianos y centros de atención a largo plazo del estado.
«Luego, pueden solicitar kits adicionales según sea necesario,» dijo DeSantis.
«Se supone que las pruebas conducen a un resultado clínico», dijo DeSantis ayer jueves.
«Claramente, cuando se habla de centros de atención a largo plazo, se habla de comunidades de personas mayores, esos son los datos demográficos que tienen más probabilidades de obtener una prueba positiva y aprovecharla en el tratamiento».
DeSantis al parecer no ha tenido delante de sí el informe que señala que no son precisamente los ancianos el grupo más vulnerable en este momento; y mucho menos el que más enfermo está ni el que más puede transmitir el virus.
Otro detalle: mientras el «experto» Ladapo hablaba y decía que el estado está siguiendo una campaña de «salud pública sensata» – por favor, disculpen, pero la sensatez a la que aspira Díaz-Canel en Cuba, entre los campesinos, para bajar los precios de los alimentos y reducir la inflación me sigue pareciendo muy similar a esta a la que aspiran en la salud Adapo y DeSantis – al enfocarse en evaluar solo a aquellos que están en riesgo o que muestran síntomas de COVID-19, la experta en enfermedades infecciosas, la Dra. Aileen Marty de la Universidad Internacional de Florida anunciaba a principios de semana, que es peligroso desalentar las pruebas. O sea, que es peligroso desalentar a los que están enfermos o con síntomas, pero no «tan enfermos» a que no salgan a hacerse las pruebas.
«Necesitamos identificar a cualquier persona que esté propagando el virus, para que dejen de propagarlo», dijo la experta Marty. «No hay ninguna ventaja en propagar el virus».
Una vez más queda demostrado que la ciencia y la experticia van por un lado y DeSantis, el gobernador de la Florida por otro.
Este, el lunes, pidió al gobierno federal que distribuya más tratamientos con anticuerpos monoclonales, a la vez que hacía un anuncio verdaderamente chocante: las escuelas en el estado permanecerán abiertas en medio del aumento en la variante omicron de rápida propagación del COVID-19.
DeSantis fue más allá y culpó al gobierno federal del problema.
«El gobierno federal ha acaparado todo el mercado. No creemos que el gobierno federal deba retener más medicamentos, creemos que tenemos que ofrecer esto, particularmente para nuestra población de ancianos,» dijo, y otra vez mencionó a los ancianos, un grupo que actualmente – repetimos – no es el que está transmitiendo la enfermedad.
«Sería tan dañino ahora hacer eso», dijo DeSantis con relación al cierre de las escuelas.
«Los niños necesitan estar en la escuela, no necesitan hacer ninguna mitigación loca, simplemente déjenlos ser niños,» expresó.
Florida asciende en la lista de los 10 principales estados donde COVID-19 se está propagando más rápido.
Al escuchar uno a DeSantis o a su consejero Adapo, es donde uno encuentra las respuestas de por qué la Florida ascendió en una semana del puesto 9 al 4 en la lista de los 10 principales estados donde COVID-19 se está propagando más rápido.
Sí, después del día de Año Nuevo de 2022, Florida ocupó el cuarto lugar entre los estados donde el coronavirus se estaba propagando más rápido por persona, según muestran los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Eso es cinco lugares más alto que la semana anterior, cuando Florida ocupó el noveno lugar en el estado, según el análisis.
Ya el hecho de que la Florida siga en la lista de los 10 principales lugares donde el virus se está propagando más rápido, es un notición.
Los nuevos casos de coronavirus saltaron en la semana de Año Nuevo, aumentando un 142%, tras haberse informado 302,179 casos nuevos. En la última semana, los casos de COVID-19 en los Estados Unidos aumentaron un 104% con respecto a la semana anterior, con 2.833.203 casos reportados. Con el 6,45% de la población del país, Florida tuvo el 10,67% de los casos del país en la última semana.
En todo el país, 49 estados tuvieron más casos en la última semana que en la semana anterior.
Un artículo de NBC6 nos ofrece datos para comparar la evolución que tuvo el coronavirus en la Florida mientras el gobernador permanecía junto a su esposa en una cama.
En la semana de Navidad cuando Florida ocupó el noveno lugar, los casos aumentaron un 332,9% con 124,865 casos reportados. En la semana anterior, Florida había informado 28,841 nuevos casos del virus que causa COVID-19.
Dentro de la Florida, los peores brotes semanales por persona incluyeron:
- El condado de Duval, donde se informó 8,331 casos en la última semana. Una semana antes, había reportado 1.791 casos. A lo largo de la pandemia se han notificado 178.482 casos.
- El condado de St. Johns, que informó 1,788 casos en la última semana. Una semana antes, había notificado 517 casos. A lo largo de la pandemia se han reportado 44,321 casos.
- El condado de Clay, que informó 1,205 casos en la última semana. Una semana antes, había reportado 307 casos. A lo largo de la pandemia se han notificado 35.880 casos.
- El condado de Nassau, que informó 387 casos en la última semana. Una semana antes, había informado de 80 casos. A lo largo de la pandemia se han reportado 16,258 casos.
Dentro de la Florida, los peores brotes semanales por persona incluyeron:
1. Condado de Miami-Dade con 3.678 casos por 100.000 por semana.
2. Condado de Broward con 2.496
3. Condado de Palm Beach con 1.656.
Por su parte, los Centros para el Control de Enfermedades dijeron en las últimas horas que han comenzado a ver «altos niveles de transmisión comunitaria»; de 100, a 100.000 casos por semana.
Entre los condados donde la transmisión es más elevada están:
- Condado de Miami-Dade, con 99,926 casos
- Condado de Broward, con 48,737 casos
- Condado de Palm Beach, con 24,792.
Según informaron los CDC, los recuentos de casos semanales aumentaron en 67 condados de la Florida respecto a la semana anterior.
Los peores aumentos con respecto al ritmo de la semana anterior se produjeron en los condados de Miami-Dade, Broward y Orange.
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