La tormenta tropical Sara, que recientemente afectó a Nicaragua, Honduras y México, se ha disipado, eliminando la «rara» y posible amenaza que representaba para Cuba y Florida. Este fenómeno meteorológico causó estragos en Centroamérica antes de perder fuerza en la península de Yucatán.
Sara tocó tierra en el norte de Honduras el 14 de noviembre, trayendo consigo lluvias torrenciales que provocaron inundaciones significativas. En Honduras, más de 110,000 personas se vieron afectadas, con alrededor de 8,000 evacuadas de sus hogares y aproximadamente 5,000 reubicadas en refugios. Además, se reportaron comunidades incomunicadas debido a las continuas precipitaciones, según indicó la agencia Reuters.
En Nicaragua, las autoridades declararon una «Alerta Amarilla» en todo el territorio como medida preventiva ante los efectos de la tormenta. Se registraron más de 2,000 personas afectadas, con evacuaciones y daños en infraestructuras, reportaba por su parte el Confidencial.
Tras su paso por Centroamérica, Sara se dirigió hacia la península de Yucatán en México. Aunque se esperaba que la tormenta se debilitara al avanzar tierra adentro, las autoridades mexicanas advirtieron sobre la posibilidad de lluvias intensas y la formación de trombas marinas en la costa de Quintana Roo, donde se ubican importantes destinos turísticos como Cancún, reseña Aristegui Noticias.
A medida que Sara avanzaba sobre la península de Yucatán, perdió fuerza y se disipó, eliminando la amenaza que representaba para Cuba y Florida. Inicialmente, se había pronosticado que la tormenta podría afectar estas regiones, pero su debilitamiento impidió que causara daños significativos, señala Associated Press
La tormenta, nacida en el mismo lugar donde nació el huracán Rafael, mantuvo en vilo a meteorólogos durante varios días, debido a la certeza de que surgiría, pero desconocedores de dónde y cuándo específicamente. A la postre, a pesar de las condiciones existentes, demoró en surgir, y en lugar de subir y tomar el Canal de Yucatán, tomó un camino que la llevó a atravesar tres territorios primero con el consiguiente desgaste.
Quedaba sin embargo la duda de si tras la salida de Yucatán sus remanentes tendrían la fuerza suficiente para reorganizarse de nuevo y si, empujados estos sobre el Golfo de México, subirían hasta territorio de los EE.UU. dejando lluvias en Cuba. Esto, finalmente no sucedió.
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