Una historia de amor tiene suspirando al mundo del reparto cubano en redes sociales, la de Musteerifa y su chica, la bellísima joven cubana Laine Hernández César. Juntas, forman una pareja que brilla con luz propia y rompe estereotipos: talento, belleza y una química que traspasa la pantalla.
“Vamos para tres años, mi vida”, respondieron ambas a una espectadora de sus directas en Instagram, como quien lanza una bomba de ternura. Fue una respuesta breve, pero contundente, a una seguidora curiosa que preguntaba cuánto tiempo llevaban juntas. Y con esa frase, simple pero llena de sentimiento, nos confirmó lo que ya sospechábamos: lo suyo va en serio.
Desde que saltó a la fama con su estilo único en el reparto cubano, Musteerifa -nombre artístico de Yaira Mustelier Laime- se ha caracterizado por romper moldes. No solo en lo musical, donde ha sabido abrirse camino con letras sabrosas pero sin vulgaridades, sino también en lo personal. Nunca ha escondido quién es ni a quién ama. Con una valentía admirable, ha hablado abiertamente sobre su orientación sexual y sobre su decisión de ser madre como homenaje al sueño de su propia mamá: tener una nieta.
Y hablando de corazones… el de Laine parece estar tatuado, literalmente. La joven lleva grabado en su piel el apellido de su pareja, “Mustelier”, un gesto que ha hecho suspirar a más de uno en Instagram y que deja clarito que lo suyo no es un amor de paso. Laine, quien se describe a sí misma como una “diamante en bruto”, tiene más de 26 mil seguidores que no se pierden ni una de sus publicaciones, donde derrocha estilo, mirada felina y actitud de portada.
Las dos comparten desde momentos caseros, en plan domingo en pijama, hasta salidas por La Habana con looks que gritan complicidad. Pero si hay algo que destaca, es el apoyo incondicional de Laine a la carrera de su chica. Cada vez que Musteerifa lanza un nuevo tema -como el famoso “Las Ganas”-, ahí está Laine, repost, comentario y corazoncito incluido. Es como su mejor fan… y su cómplice silenciosa.
Lo más bonito es que su historia se cuenta sin estridencias ni poses. Sin buscar titulares, se han convertido en referentes de un amor libre, sin etiquetas, que se sostiene con respeto y admiración mutua. En un entorno donde aún hay quienes miran raro el amor diferente, ellas lo viven con naturalidad, rompiendo prejuicios con cada beso que suben a sus historias.
