Muere Stephanie, la niña de origen cubano por la que todo Miami estaba orando

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Los padres de Stephanie decidieron donar todos sus órganos, para que tras su muerte se convirtiera en una heroína, salvándole así la vida a otros niños. ¡EPD pequeña!

La ciudad de Miami se encuentra sumida en el dolor tras la trágica noticia del fallecimiento de Stephanie Figueredo, una niña cubanoamericana de tan solo 7 años, que fue atropellada el pasado 2 de septiembre por una mujer de 92 años. El accidente ocurrió en el suroeste de Miami, frente a una farmacia Navarro Discount Pharmacy, y desde entonces, la comunidad había estado orando por su recuperación, lo que lamentablemente no ocurrió.

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El fatídico accidente tuvo lugar alrededor de las 4 p.m. cuando Stephanie y su madre salían de la farmacia. La conductora, al intentar estacionar su Nissan Rogue rojo, confundió el pedal del freno con el del acelerador, lo que provocó que el vehículo subiera a la acera y arrollara a la niña y a su madre. Aunque la madre sufrió heridas menores, Stephanie fue trasladada de urgencia al Hospital Jackson Memorial en estado crítico, con lesiones graves en la cabeza.

Desde el primer momento, la comunidad se unió en solidaridad con la familia de Stephanie. Cientos de personas compartieron mensajes de apoyo en redes sociales y contribuyeron a una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe, que tenía como objetivo cubrir los crecientes gastos médicos de la niña. La esperanza de un milagro estuvo presente durante los cuatro días en los que Stephanie luchó por su vida en coma inducido. Sin embargo, el pasado sábado 7 de septiembre, los médicos confirmaron su muerte cerebral.

La conmoción en la ciudad ha sido inmensa.

«Ella es la hija que todos desearían tener, y me la arrebataron», expresó su padre, Joany Figueredo, en una entrevista con Univisión, con el corazón destrozado. La familia tomó la decisión de donar los órganos de la pequeña para que su muerte salve otras vidas, un gesto que ha sido recibido con admiración por quienes han seguido de cerca este trágico caso.

Un accidente que reabre el debate sobre los conductores de avanzada edad

El accidente que costó la vida de Stephanie ha abierto un debate sobre la capacidad de las personas mayores para seguir conduciendo. La conductora de 92 años fue citada por conducción negligente, pero hasta el momento no se ha informado si enfrentará cargos criminales. Este caso ha generado numerosas preguntas sobre si se debería establecer un control más riguroso para los conductores de edades avanzadas.

Joany Figueredo, padre de la niña, ha sido una de las voces más claras en este sentido. En declaraciones a medios locales, hizo un llamado a las familias a reflexionar sobre si sus seres queridos de mayor edad deberían seguir manejando.

«Es necesario restringir a las personas de esa edad para que no manejen», declaró. El caso de Stephanie no es aislado, y varios incidentes similares han reavivado la conversación sobre la seguridad vial en relación con los conductores de mayor edad.

La policía de Miami está investigando el caso, pero muchos se preguntan si este trágico accidente podría haberse evitado con medidas más estrictas.

Stephanie: Un legado de amor

El 21 de septiembre, Stephanie habría celebrado su octavo cumpleaños. La familia decidió vestirla con el atuendo que tenía reservado para esa fecha como una forma de homenajearla. Además, como un símbolo de despedida y recuerdo, los latidos de su corazón fueron grabados y colocados en un oso de peluche, que ahora acompaña a sus padres. «Cuando me lo dieron y lo escuché, me rompí», confesó su padre entre lágrimas.

Stephanie era descrita por sus profesores como una niña brillante, llena de vida y alegría.

«En siete años, hizo más de lo que muchos logramos en toda una vida», comentó uno de sus maestros, recordando con cariño a la pequeña que siempre se destacaba en todo lo que hacía. La niña era la menor de cuatro hermanos, pero hija única de su madre.

El dolor que deja la pérdida de Stephanie es inmenso, pero su familia, amigos y toda la comunidad de Miami han encontrado consuelo en el hecho de que su legado continuará a través de los órganos que donó, salvando así otras vidas.

«Ella se ha convertido en una heroína», dijo su padre, quien a pesar de la tragedia, quiere que su hija sea recordada como alguien que siempre despertaba amor y admiración.

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