Y no fue la única. El hombre dejó una lista de CELEBRIDADES a las que le pagó para que lo acompañaran a determinado lugar; entre ellas, Pamela Anderson.
Richard Lugner hasta se casó con una modelo de Playboy, muchísimo más joven que él.
Richard Lugner, el magnate austriaco conocido por pagar cifras astronómicas a celebridades para que lo acompañen en eventos, falleció el lunes a la edad de 91 años. Lugner, que había contraído matrimonio con su sexta esposa, Simone Reiländer, hace apenas dos meses, murió en su villa en Viena, tal como informaron múltiples medios.
Lugner, cuya carrera despegó después de construir un popular centro comercial en Viena, no solo fue un empresario exitoso sino también una figura destacada en la alta sociedad austriaca. Su fallecimiento llega tras una serie de problemas de salud que incluyeron una operación de válvula cardíaca y cáncer de piel.
El empresario se casó con Reiländer, 49 años más joven que él, en el Ayuntamiento de Viena el pasado 1 de junio. La ceremonia fue íntima pero no exenta de la atención mediática que siempre lo rodeaba. Según relató la propia Reiländer a medios locales, la noche de bodas fue «más larga que el día de la boda», insinuando una celebración tan extensa como su historia con las mujeres famosas.
Desde 1992, Lugner se hizo conocido por su gran baile anual, el Opera Ball de Viena, donde invitaba a celebridades de renombre mundial. Entre ellas, Kim Kardashian, quien en 2014 aceptó ser su acompañante por la suma de $500,000, y Pamela Anderson en múltiples ocasiones. Este peculiar hábito de Lugner de «pagar por compañía» en eventos de alto perfil lo convirtió en una figura controvertida pero indudablemente conocida en los círculos de celebridades.
Entre las celebridades con las que alguna vez se le fotografió y que le hacían compañía están: Jane Fonda, Ivana Trump, Paris Hilton, Goldie Hawn, Brooke Shields, Melanie Griffith, Priscilla Presley, entre muchísimas otras celebridades del mundo del cine, según pudimos ver en Page Six.
Su vida matrimonial fue igualmente pública y colorida. Antes de Reiländer, estuvo casado con Christine Gmeiner, Cornelia Laufersweiler, Susanne Dietrich, Christina Lugner y Cathy Schmitz, una modelo de Playboy. Cada matrimonio y posterior divorcio era cubierto con gran detalle por la prensa, siempre ansiosa por más detalles sobre el extravagante estilo de vida de Lugner.
En los últimos años, Lugner había enfrentado críticas no solo por su estilo de vida sino también por sus intentos en la política. Candidato presidencial en dos ocasiones, nunca logró un impacto significativo en las urnas, pero sí en los medios, donde sus campañas eran a menudo vistas con una mezcla de incredulidad y entretenimiento. Una especie de Donald Trump austríaco.
La muerte de Lugner marca el final de una era para muchos en Austria y más allá. Aunque algunas figuras políticas, como el canciller austriaco Karl Nehammer, lo recordaron como un «original austriaco» que nunca perdió su camino, otros lo recordarán por las controversias y el espectáculo constante que parecía seguirlo tanto en su vida personal como en la pública.
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