Complicaciones asociadas al coronavirus provocan la muerte de Colin Powell, exsecretario de Estado de EEUU
A los 84 años de edad, Colin Powell -exsecretario de Estado de EEUU- murió este lunes, según replican ya varios medios de prensa.
En la red social Facebook la propia familia de Powell publicaba un escueto comunicado en el cual se precisaba que el fallecimiento estaba asociado a complicaciones vinculadas a la covid-19.
La familia indicó asimismo que Collin Powell había completado el esquema de vacunación contra el coronavirus y agradecían los cuidados del personal del Walter Reed National Medical Center, ubicado en las afueras de Washington.
«Hemos perdido a un extraordinario y amoroso esposo, padre, abuelo y un gran estadounidense», concluye el texto que circula en redes sociales.
Grandes medios de Estados Unidos recuerdan este lunes cuando en el 2000 el exmandatario George W. Bush lo nominaba como su secretario de Estado. Decía entonces el republicano: «El general Powell es un héroe estadounidense, un ejemplo estadounidense y una gran historia estadounidense. Con la rectitud de su modo de hablar, su enorme integridad, su profundo respeto por nuestra democracia y su sentido de honor, demuestra cualidades que lo harán un gran representante del pueblo de este país».
Ahora tras su muerte y mediante una declaración oficial, George W. Bush ha expresado que «fue muy respetado en nuestra nación y en el extranjero. Y lo más importante, Colin era un padre de familia y un amigo. Laura y yo enviamos a Alma y sus hijos nuestros más sinceras condolencias al recordar la vida de un gran hombre».
Powell, de padres jamaicanos, fue además asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos durante la administración de Ronald Reagan entre 1987 y 1989. Luego, de 1989 a 1993, se desempeñó como jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
En redes sociales, tras el anuncio de su muerte, se hacía mención a su responsabilidad en la guerra de Irak. El sitio digital El Diario valoraba: «Powell vivió uno los momentos más complicados de su carrera cuando pronunció un polémico discurso frente al Consejo de Seguridad de la ONU para defender la guerra en Irak. La comprobación de que las denunciadas armas de destrucción masiva no existían acabó manchando su historial. Aquella decisión fue descrita por él mismo, años después, como uno de los puntos más bajos de su trayectoria política».
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