El joven cubano Rafael Fernández murió ahogado cuando practicaba pesca submarina en playa Baracoa, en La Habana.
Fernández, de 42 años, había salido al mar el 23 de mayo y su cuerpo fue rescatado por pescadores un día después de acuerdo al periodista Michel Hernández.
“Tenía 42 años y había muerto en un completo desafío. El mismo desafío con que enfrentó la vida y también la muerte. El día antes alguien lo vio entrar al mar, pero no lo vieron regresar”, dijo Hernández.
El periodista recordó que “hace 6 o 7 años este joven cubano, quien vivía entre Cuba y Canadá, había encontrado en el mar su realización, su espacio íntimo de paz”.
.”Salía a pescar y bajaba en apnea unos 30 o 35 metros. Los que conocen de esta disciplina saben que es una distancia de respeto. Quizá esas profundidades fueron las últimas que vieron sus ojos”, dijo.
El reportero recordó que Fernández “desafió una de las premisas de la pesca”.
“No irse solo al mar. Pero se fue. Era un muchacho que vivía según sus propias reglas y murió también por ellas. En su caso sí se puede afirmar que murió como vivió. En libertad”
Sus amigos depositaron sus cenizas en Playa Baracoa en una ceremonia íntima en la que estuvieron los padres del joven, graduado de Física en la Universidad de La Habana.
“Sus amigos junto a sus padres depositaron sus cenizas este 27 de mayo en playa Baracoa. En el mar. Lógicamente, no podía ser de otra forma. Su madre, con el dolor más fuerte del mundo, dijo que no sabrá cómo seguir, pero sentirá a su “Rafa” en las experiencias vitales que compartió con sus amigos. Su padre recordó que tuvo la oportunidad no solo de tener en “Rafa” a un hijo, sino también un compañero, un amigo”, explicó Hernández.
Si bien este tipo de lamentables sucesos no ocurren mucho en Cuba, durante los últimos tiempos se han reportado varios casos de pescadores que mueren ahogados en el mar.
El pasado mes de febrero falleció un joven en la Isla de la Juventud mientras hacía pesca submarina, confirmó su hermano en redes sociales.
En abril de este año también fallecieron dos adolescentes cubanos de 14 y 16 años cuando pescaban en el río San Pedro, en una comunidad rural del municipio Vertientes, en Camagüey.